Navegando me encontré con un par de historias patéticas. Y es que es terrible que a estas alturas esté habiendo censura de cualquier tipo. O tal vez sí debería de haberla, pero hacia los que pregonan cuentos sobre los que no tienen ninguna evidencia, mientras tratan de convencer a la gente sobre la verdad de los mismos.
La primera historia tiene que ver con algo llamado SOPA (Stop Online Piracy Act), que suena bien, detengamos a la piratería, pero que en realidad sólo es un modo en que las grandes productoras (disqueras, estudios de cine, compañías de software) quiere proteger sus negocios en los que lucran desproporcionadamente. En realidad, la piratería tiene que ver con el sobreprecio que las empresas le aplican a sus productos. Si un DVD (o un paquete de software, o un CD) costara lo que debería costar, es decir unas veinte veces menos de lo que cuesta en la actualidad, la piratería no sería negocio y nadie se dedicaría a ella. El SOPA pretende censurar a los sitios que tengan archivos copyrighteados, o a los sitios que promuevan la piratería. Es decir, si por algún motivo un blog como este, dice que la piratería es producto del alto precio que las disqueras quieren cobrar, y que por lo tanto es normal que suceda, como lo estoy "justificando" (aunque yo diría que lo estoy "explicando") me convierto automáticamente en un apologista, y pueden censurar mi blog...
La segunda nota, es sobre la resolución 16/18 de la ONU, en la que se quiere que todos los países hagan ilegal la "incitación a la violencia inminente" por medio del discurso religioso; esto también suena bien, pareciera que se criminalizará a los fanáticos religiosos que arengan contra los "infieles", pero el analista que escribió la nota de la que hablo, pregunta sobre quién incita a la violencia (cuestión delicadamente ambigua en el texto de la resolución), porque si yo, por ejemplo hago una caricatura de Mahoma, y resulta que la religión musulmana obliga a sus adeptos a matarme, ¿quién incitó a quién?, ¿No podría culpárseme de provocación, de incitar a los musulmanes a atacarme? Es decir que con esa nueva resolución no queda claro a quién van a perseguir, si al que escribió Los versos satánicos, o a los ayatollahs que piden la muerte del escritor (con base en los textos sagrados que están ahí desde hace cientos de años y por los que ya no se puede criminalizar al "profeta").
Así de jodidos estamos, y a propósito de despropósitos religiosos, me acaban de regalar Los versos satánicos, yo me esperaba en efecto versos, y en efecto algo terrible y tremendo en contra del islam, pronunciado en el mismo tono solemne que usan los "hombre de fe"; pero resulta que es una novela, un cuento, una ficción declaradamente ficticia. O sea que sí, pinches muslims están bastante loquitos los pobres.
1 comentario:
Oye oye Emil, se te agradecería una recomendación sin "spoilers" del libro de Salman Rushdie. Lo quiero comprar porque he estudiado bastante del "Rushdie Affair", sin siquiera haber leído el libro que desató todo el desmadre.
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