31 de enero de 2012

Los ateos y el enojo (4 de 6)

Esta es la cuarta parte del listado de agravios por el que Greta Christina (y yo con ella) está enojada con la religión. Fragmento que extraje de esta entrada de su blog

Estoy enojada de que, cuando mi papá tuvo un infarto y paró en un asilo, el personal le preguntara a mi hermano "¿Es Bautista o Católico?" Y no estoy enojada sólo en nombre de mi papá ateo. Estoy enojada a nombre de todos los judíos, todos los budistas, todos los musulmanes, todos los neo-paganos, a cuyas familias casi seguramente se les hizo la misma pregunta. Esa misma pregunta es enormemente irrespetuosa, no sólo con el ateismo de mi papá, sino con cualquiera en ese asilo que no fuera ni Bautista ni Católico.

Estoy enojada por los abuelos de Ingrid. Estoy enojada de que su fundamentalismo fuera una fuente tan grande de lucha e infelicidad en su familia, que los enajenara tan drásticamente de sus hijos y sus nietos. Estoy enojada de que intentaran achacárselo todo a Ingrid, al grado en que hoy en día ella sigue traumada. Y estoy enojada de que su religión, la cual cuando menos debía haber sido reconfortante para ellos en su vejez, fue en cambio una fuente de angustia y desesperación -- porque ellos sabían que sus hijos y nietos serían quemados y torturados para siempre en el infierno, ¿y cómo podría ser el cielo el cielo si sus hijos y nietos iban a ser eternamente quemados y torturados en el infierno?

Estoy enojada de que Ingrid y yo no podamos casarnos legalmente en este país --o casarnos legalmente en otro país y que se reconozca nuestra unión en este-- en gran medida porque los líderes religiosos se oponen. Y estoy enojada de que líderes tanto religiosos como políticos hayan descubierto que pueden obtener muchos puntos explotando los miedos de la gente con respecto a la sexualidad en un mundo cambiante, echando leña al fuego de esos miedos... y dándole a la gente una excusa religiosa de porqué sus meidos están justificados.

Estoy enojada de que grandes porciones de la política pública en este país --no sólo con respecto al matrimonio de gente del mismo sexo, sino sobre el aborto y la invetigación en células madre y la educación sexual-- se basen, no en evidencia de qué políticas funcionan y cuales no, o qué es y no es verdad con respecto al mundo, sino en textos religiosos escritos hace cientos o miles de años, y en sentimientos personales con respecto a como deberían interpretarse dichos textos, sin ninguna evidencia de apoyo ni nada por el estilo-- y sin ningún concepto aparente de porqué se requeriría cualquier evidencia.

Me enoja cuando los creyentes pregonan cualquier cosa buena que se ha hecho alguna vez en nombre de la religión como una razón de porqué la religión es una fuerza para bien... y luego, cuando son confrontados por males horribles que han sido hechos en nombre de la religión, dicen que esos males no fueron por culpa de la religión, que fueron hechos por culpa de la política o la ambición y lo que sea, que hubieran sido hechos de todos modos incluso sin religión, y no deberían contar como fallas de la religión. (Claro, para ser honestos, también me enoja cuando los ateos hacen lo contrario: anotan cada maldad hecha en el nombre de la religión como una marca negra en el expediente de la religión, pero luego insisten que las cosas buenas fueron hechas por otras razones y hubieran sido hechas de todos modos, etc. Ningúna parte puede tener ambas cosas).

Estoy enojada con los creyentes que ponen calcomanías en sus coches con un pez de fe comiendose un pez de Darwin... y que creen que eso es algo astuto, aquellos que creen que la fe religiosa de verdad debería triunfar sobre la ciencia y la evidencia. Estoy enojada con los creyentes que tienen tan poco respeto por el mundo físico que su Dios supuestamente creó que se sienten perfectamente contentos de ignorar las montañas de evidencia física que se apilan a su alrededor acerca del mundo real; perfectamente contentos de ver ese mundo de algún modo menos real y verdadero que sus opiniones personales sobre Dios.

(Nota: la letanía de agravios específicos está ahora más allá de la mitad. El análisis de porqué el enojo es necesario y valioso llegará pronto. Lo prometo.)

Me enoja cuando los líderes religiosos usan de manera oportunista la religión, y la confianza y la fe de la gente en la religión, para robar, para hacer trampa, para mentir, para manipular el proceso político, para conseguir ventajas sexuales de sus seguidores, y generalmente se comportan como la basura de esta tierra. Me enoja cuando pasa una y otra vez. Y me enoja cuando la gente ve que esto pasa y sigue diciendo que el ateísmo es malo porque, sin religión, las personas no tendrían base para su moral o su ética, y no tendrían razón para no hacer simplemente lo que ellos quisieran.

Me enoja cuando los creyentes religiosos hacen argumentos contra el ateísmo --y hacen acusaciones contra los ateos-- sin haberse molestado en hablar con ningún ateo ni en leer ningún escrito ateo. Me enoja cuando marchan al ritmo del mismo viejo sonsonete que reza "El ateismo es una filosofía nihilista, sin alegría ni sentido de la vida y sin base para una moral o ética"... cuando si pasaran diez minutos en la blogósfera atea, descubrirían un sinnúmero de ateos que experimentan gran alegría y sentido en sus vidas, y están intensamente ocupados con respecto a lo correcto y lo incorrecto.

Me enoja cuando los creyentes usan la frase "fundamentalista ateo" sin saber aparentemente lo que la palabra "fundamentalista" significa. Llamen a la gente cabeza de marrano, llámenla necia, llamenla irritable, o hasta intolerante. Pero a menos que puedan indicar el texto al cual esos ateos "fundamentalistas" se adieren literal y estrictamente sin cuestionarlo, por favor cierren el hocico sobre nuestro supuesto fundamentalismo.

Me enoja cuando los creyentes religiosos basan toda su filosofía de vida en lo que es, en el mejor de los casos, una corazonada; cuando ignoran y rechazan o racionalizan cualquier evidencia que contradice esa corazonada o la cuestiona... y luego acusan a los ateos de cerrazón mental y de ignorar la obvia verdad.

Y me enoja cuando los creyentes glorifican la fe religiosa que prescinde de evidencias como una virtud positiva, un rasgo de carácter que hace a la gente buena y noble... y luego siguen acusando a los ateos de cerrazón mental y de ignorar la obvia verdad.

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