20 de enero de 2012

Ni tan remordimientos del fusil

En la oficina finalmente quedó el buscador de hashtags avanzado versión 2.7mil y toda la cosa. Al día siguiente de haberlo terminado (pero no pulido) los jefazos fueron a vendérselo a Corona para su Corona Music Fest 2012, y no sólo lo vendieron por una cantidad ridículamente grande de dinero, sino que además están pensando en ir a vendérselo a más y más posibles clientes, de los que Corona les dará los contactos.

Es un trabajo fusilado del de un amigo llamado Salvador Aceves que vive en Cancún y es un genio programador, y que el Óscar trajo para que lo conocieran los directores quienes mañosamente se robaron la idea. Yo (junto con el Ipuwer, nuestro diseñador web) fui el ejecutor de ese robo. Pero ¿qué iba a hacer?, ¿negarme a hacer mi trabajo, es decir, a programar según ciertas especificaciones?.

No, por supuesto que no, el objetivo de nuestro director es que esta área siga siendo fuerte e importante para la compañía, y eso sólo lo puede conseguir haciendo que el área genere al menos los suficientes ingresos para que salga a tablas, es decir, que no le cueste a la empresa. De que consiga ese objetivo dependen a mediano y largo plazo nuestros puestos actuales y futuros de trabajo, y por lo mismo nuestros sueldos. Vamos, que si yo hubiera tenido la visión y los contactos que el director, yo mismo me la hubiera fusilado para ir a venderla y obtener esas ganancias para mí solito... o bueno, para estar tranquilo en cuanto al bienestar de Loana y Lucas.

¿fue poco ético?, tal vez, pero no tanto, la ética es la reflexión sobre nuestra vida y cómo vivirla mejor. Así que sopesando las consecuencias de haberme negado, primero para mí, en cuanto a enemistarme con el director del área y la posibilidad de salir expulsado de la empresa, y luego en cuanto al área misma, que por varios motivos no está produciendo ganancias; además de considerar que no me robé ningún pedazó de código del Salacos, sino que lo hice todo a partir del código que hemos hecho para la empresa; y pensando también en que las ideas no son de nadie, sino de quien las ejecuta; no me siento mal con mi actuación al respecto. Vamos que es una idea, y no es la única ni la mejor del amigo de Cancún.

Por otro lado, creo que les voy a aplicar la misma movida a los dires que ellos le aplicaron (con mi ayuda) al Salacos: como el código es mío, porque no he firmado ningún contrato de exclusividad ni de secrecía ni de nada, voy a instalarlo en un server de mi propiedad, y lo intentaré vender como un servicio por medio de algunos sobrinos políticos antreros y bien conectados que seguramente también querrán ganar dinero.

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