"No debemos olvidar que nuestro invitado principal, por quien hacemos todo esto, es Jesucristo" dijo mi suegro en la cena de navidad. Yo, por supuesto que no eché pleito ni dije nada, nomás pensé para mis adentros que no, que no podía ser que estuviéramos festejando a un muerto de hace dos mil años, que seguramente ni había existido, y que si había existido el hecho de que su nacimiento coincidiera con las saturnalias era bastante improbable. Pero sí, de hecho, navidad viene de natividad, o nacimiento, y en la tradición cristiana es la fiesta en que se festeja que naciera Jesús, hijo de María y el peor de los tiranos inexistentes. Lo anterior me hizo preguntarme con respecto a las festividades de fin de año, si yo no creo en cristo, si sus enseñanzas son en sí mediocres y bobas, si su ejemplo no era digno de seguirse, si todo el contenido de esa fiesta me parece vacío, en el mejor de los casos, y oscuro y malévolo en el peor, ¿qué puedo decirle a Loana o a Lucas en estos primeros años de vida en que serán tan impresionables, con respecto a porqué toda la gente se pone frenética y gasta lo que no tiene en estas fechas?
¿Y qué hay de fin de año?, todo el mundo feliz, emborrachándose colectivamente, porque les queda un año menos de vida... Alguien más me dirá que es porque empieza un ciclo nuevo, y al tomarlo festivamente es está propiciando, simbólicamente, que en el año venidero se tenga el favor de los Dioses o al menos de la diosa fortuna. Tal vez, pero bah, el contenido sigue siendo estúpido. Y así, me he estado preguntando con respecto a todas y cada una de las fiestas, y excepto por los cumpleaños, que sirven como una especie de agradecimiento por seguir en este mundo, todas me parecen estúpidas, vacías, sin verdadero motivo o significado. Con lo que concluyo que el verdadero contenido de la fiesta es la fiesta misma, el hedonismo, el placer, la embriaguez, el olvido, la convivencia, el compartir, el departir, pero como la mayoría de las personas le teme al placer por el placer, al hedonismo puro, le intentan dar algo de sentido al placer, y por eso surgen todas esas excusas estúpidas con respecto a las festividades.
Yo pensé cuando mi suegro dijo eso mismo que ha dicho todos los años (no sé si porque piensa que sus hijos y nietos lo han olvidado), pensé: "no, yo vengo aquí no por un muerto torturado, sino por todos ustedes, por cada uno de los presentes, por socializar y ser parte del grupo; pero sobre todo vengo por acompañar a mi amada y por cuidar a mis críos." Eso pensé, y eso pienso.
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