El domingo, por las prisas pedimos comida a domicilio en Burger King. Jamás podríamos estar más arrepentidos. Yo tuve pesadez hasta la mañana siguiente; mi amada se enfermó horrible, una infección marca diablo. Total que de ahora en adelante no sólo rechazaré cualquier intento de acercarme a un puto BK, sino que voy a dedicarme a despotricar de ellos por el mal rato que nos han hecho pasar a mi compañera y a mí. Afortunadamente Loana sólo comió papas y un poquito de ensalada y no se enfermó, si no, estaría pensando muy seriamente en comprar un bat e irme a madrear a cuanto empleado de esa cadena se me parara enfrente.
Por otro lado, Lucas ha crecido muchísimo, por ejemplo la última vez que fuimos al pediatra, el sábado, a cinco días de cumplir dos meses mi hijo pesó seis kilos; "lo que pesa un bebé de cuatro meses", dijo el pediatra. Es un bebé súper sonriente, súper platicador y muy despierto. Ya conquistó a toda la famiglia y estoy contento por él porque lo quieren mucho.
Loana por su parte, es cada día más precisa en su uso del lenguaje, arma oraciones cada vez más complejas, además de que ya da muestras de afecto, antes se quedaba paradita esperando que le dieran su beso al saludarla y despedirla; ahora le da beso a los tíos y los abuelos, etc. Pero la cosa no se queda ahí, a su mamá y a mí nos derrite de vez en cuando acercándose y diciéndonos, con esa vocecita chiquita, "te quiero mucho".
Con lo que es evidente para mí que todos estamos creciendo, que a cada rato hay últimas veces (por ejemplo, llegará un día en que será la última vez que yo bañe a Loana, o que le de su biberón, etc), y que hay que valorar esos momentos porque podría ser que dentro de no mucho deje de hacer lo que hago hoy en día.
8 de enero de 2012
Infección estomacal pero los niños bien
Etiquetas: reflexiones - Publicó persona.vitrea a las 09:00
No hay comentarios.:
Publicar un comentario