El sábado como a las nueve y media, después de haber visto en casa la de Scoop del Woody Allen (ya antes la habíamos visto en el cine), a D se le antojó siempre sí ir a ver Stereo Total. El único dato que teníamos era que tocaban en el defe ese día. Buscamos en internet, y en los pocos sitios donde mencionaban algún horario decían que a las 8p. Lástima Maar-gaa-riiit-ttooo...
No contaba con la tenacidad de mi musa, quien llamó a su sobrino que estaba enterado de todo el movimiento, y nos dijo que noooo joven, va a ser hasta las once. A las 10 y media estabamos frente al Salón Caribe (antro generalmente cumbianchero), por San Cosme. Entramos. En el primer piso cumbias, banda, tambora, matancera, etc. Pero en el segundo piso había ponchis ponchis, estaba lleno de una fauna extrañísima de todos los niveles y estratos sociales, chupando tranquilos mientras empezaba el concierto (Mi musa estaba en tratamiento por lo que me solidaricé con ella y sólo bebimos agua enbotellada).
A las once y media, tras chiflidos al DJ, se subieron unos raperos con vestido setentero verde: un wey y dos chicas agogó estuvieron "cantando" y brincando un rato (demasiado largo), luego volvió el DJ otros quince minutos, le volvieron a chiflar. Entonces subieron varios chavos greñudos y conectaron dos guitarras, un bajo, y se pusieron a rockanrrolear. Para ese momento D y yo teníamos las piernas cansadísimas, nos fuimos a sentar un rato a las escaleras (porque no había ningún otro lugar), y estaban repletas de gente cansada, unos minutos después pasó un gorila de los de seguridad y ordenó que se liberaran los escalones para permitir el paso. Nota: el salón tiene excelente ventilación, todos fumaban como chacuacos (aunque los letreros de prohibido fumar estaban uniformemente repartidos), tabaco y mota, y nunca se vició el aire.
Finalmente, a las dos de la mañana y tras mentar madres por horas, salió Stereo Total. El concierto excelente, el sonido bueno, las rolas divertidas. Para cuando acabó el concierto mis pinches piernas de oficinista ya sufrían calambres y hormigueos varios. El domingo (y parte del lunes) mis oidos zumbaron ininterrumpidamente, nos levantamos tarde y casi no hicimos nada. Pero eso sí, fui cómplice de mi musa y nos salimos con la suya.
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