15 de marzo de 2008

Unas palabras

Hubo una comida (todavía no sé bien con qué motivo) en la oficina. Los jefazos y los jefes dijeron algunas palabras, luego nos tocó a nosotros, empecé yo. Conté la anécdota del evento al que asistió mi musa. Resulta que era una cumbre de emprendedores, a la que fue la crema y nata. En cierto momento organizaron una dinámica de grupo con las siguientes dos reglas. 1.- Cada individuo debía llegar de un punto a otro del salón (de A a B) pasando por el centro. 2.- Ninguna de las formas que surgieran de cruzar el lugar podían repetirse.

Nuestros emprendedores fueron sumamente creativos y ninguno repitió el modelo anterior. ¿Qué querían enfatizar los organizadores?, que lo importante estaba en el objetivo, que el método ni siquiera era secundario o terciario. Por lo tanto instaban a no casarse con un método en específico.

Sin embargo, objeté tras finalizar el relato, yo creo que dependiendo de valores definidos, siempre habrá un método mejor. Si lo que se valora es la velocidad entonces quien corrió a todo lo que daba da A a B lo hizo mejor que todos los demás participantes, mientras que si se valora la expresividad corporal, quien lo hizo danzando fue mejor. Nosotros, concluí, en el departamento de programación, buscamos el mejor método para hacer los programas que nos piden. Aplausos.

Tengo la sospecha que el überjefe se quedó en la parte de que el método no era importante, porque añadió algunas palabras más: "En efecto, hay mil formas de matar moscas".

Considero que hubo una respuesta intrigante y elegantemente elaborada por parte de Oscar, quien, al tocarle la palabra narró que cuando Hernán Cortés se disponía a partir a la conquista de México, Diego Velázquez de Cuellar, el entonces gobernador de Cuba, canceló la expedición. Ante lo cual Cortés decidió ignorar las órdenes y partir de cualquier modo. Sin embargo, al zarpar fue alcanzado por Velázquez quien le reprochó: "pero cómo, ¿os vais así sin despediros?" A lo que el impetuoso conquistador contestó que "Sí. Porque hay cosas que han de hacerse antes que pensarse". Aplausos.

Hay tres elementos que quisiera rescatar, un directivo piensa en lograr sus objetivos sin importar los medios (machiavélico), yo busco el mejor medio para lograr mis objetivos (modestamente ético), pero al fin y al cabo nada sustituye el actuar: la mejor forma de hacer algo es ponerse a hacerlo (¿práxico?).

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