Existen textos largos que al leerlos (o escucharlos) en una sola sentada producen una sensibilización que a veces al ir leyendolos por fragmentos, poco a poco, no se logra. Creo que Die Gedanken Sind Frei es uno de esos, se va generando un momentum y las palabras a partir de la mitad tienen todo el sentido del mundo y emocionan al lector. Sin embargo la publicaré por partes, y bastantes (dieciocho entregas). Hay links que unen todas las partes, de manera que una vez concluida la publicación se puede ir navegando todo el texto en una sola lectura compuesta, que sería como irle dando vuelta a las páginas.
Dicen que todo texto es autoreferencial de varios modos. Uno escribe de los temas que le ocupan u obsesionan, con un estilo, un vocabulario, unas ideologías de base y de fondo, un contexto y un mundo y su actualidad, etc. Así que incluso usando un pseudónimo, cuando no es bajo encargo, se escribe sobre todo para dejar algo de sí en este "valle de lágrimas". Mi caso no debe ser distinto, dar algo de mí a los contemporáneos y dejar algo de mí para personas que aún no nacen (si es que la internet persiste). ¿Qué recibo a cambio? Una esperanza, de vivir un poquito más en otros, y de no morir del todo. Aplacamiento de temores naturales. Esfuerzo vano contra el implacable tiempo. Ya lo decía mucho mejor y poéticamente por ahí don Borges:
Pido a mis dioses o a la suma del tiempo
que mis días merezcan el olvido
que mi nombre sea Nadie como el de Ulises
pero que algún verso perdure
en la noche propicia a la memoria
o en las mañanas de los hombres.
No me importa que el olvido me cubra pronto, de todas formas soy un artesano reciente y aun deficiente, me bastaría con lograr en alguno que otro cosas similares a las que me han hecho sentir aquellos a quienes cariñosamente leo. Claro que a quienes leo son o fueron grandes maestros de su arte, del que yo sigo siendo de los últimos aprendices.
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