7 de diciembre de 2008

Salir de la esclavitud

Decía hace dos posts, que quiero salir de la esclavitud. Que de momento no me importa que para ello deba de tener mis propios esclavos con aspiraciones similares a las mías de salir deste estado. Y es cierto. Y es una lástima. Yo quiero un mundo mejor, uno donde haya solidaridad, equidad, diversidad, auto-administración y se tome en cuenta el balance amibental, como bien detalla Michael Albert en su libro Parecon. Pero me enfrento a la dura realidad, y para que eso sea, debe haber un grado muy superior de educación y de visión de manera generalizada, cosa que hoy en día no parece ni siquiera cerca.

Quise desarrollar un método para adquirir auto-administración en el consumo, y resultó que (como bien dice el dicho de que nadie es profeta en su tierra) no me hizo caso ni mi musa. Eso suena muy bien y todo, me dicen, pero el esfuerzo es demasiado. Cuando el esfuerzo es tan sólo un 25% más del que ya hacen al consumir, y consiste de registrar en una hojita todas las compras que uno haga y luego vaciar los datos en una tabla de cálculo. El esfuerzo es acerca de no olvidar lo que compraste, a diferencia de cómo es ahora que nadie sabe con precisión en qué se gasta su dinero. El esfuerzo es acerca de tener un histórico (como este blog, como el del Analytics de google) para poder hacer predicciones y planificación, es decir que ayude a tomar un poquito el control.

En fin, como dice el Fito, habrá que hacer el bien y hacer el daño. Me volveré un tiburón desos que desprecio, y sin remordimientos. Cuando vea que las personas están dispuestas a cambiar y esforzarse tal vez cambie yo también. Mientras tanto, todos (excepto mis amigos, familia, y amada) se pueden ir a la chingada. Ho detto.

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