4 de diciembre de 2008

Gran libro, pero mala onda lo que explica

Voy más allá de la mitad del de La doctrina del shock, de Naomi Klein. Es terriblemente doloroso entender mejor al mundo en que vivimos, saber cómo se fueron dando las cosas, quién las inició y con qué métodos y aliados, y cómo finalmente se ha cambiado desde los 70s la faz de nuestro mundo por culpa de un ideólogo maldito de la escuela de Chicago. Es tan duro y tan siniestro que en ciertos momentos me deprime, me deprime pensar que la mentalidad que M. Friedman inoculó en todos los alumnos del mundo que recibieron becas para ir a estudiar con él a Chicago es ahora la más fuerte, la predominante.

Tal vez vaya a haber un regreso al keynesianismo o al desarrollismo dentro de unos cinco a 10 años (Venezuela es un esperanzador ejemplo dello). El problema será ver si queda algo por salvar. Supongo que lo propuesto por M.F. y su teoría del libre mercado a ultranza ayudará a despoblar un poco más al planeta. Eso de la crisis asiática por ejemplo, y el nivel de suicidios que empezó a haber desde entonces es horrible. Imaginemos una sociedad en la que un empleado no gana lo suficiente para pagar su renta o alimentar a su familia. Si su familia consta también de los abuelos, y estos últimos ven que la cosa se está poniendo tan difícil para sus hijos, igual y toman la decisión de dejar de ser una carga... ¿Es acaso humano, justo, bueno, preferible?

Por otra parte da gusto ver una pieza de periodismo de investigación tan documentada y completa. Es esperanzador creer que algo así llegará a muchos lectores, y que ellos empezarán a ver el mundo con otra óptica y tal vez se decidan a hacer algo para cambiar a nuestro planeta (yo definitivamente me apunto, y promoveré el cambio de visión de aquí en adelante), tal vez sirva para impedir que se siga creyendo que el libre-mercado-radical es la única opción. No me malinterpreten, creo en el mercado, pero hay materias primas y servicios que deberían ser otorgados y controlados por el estado. Sobre todo porque en los 60s-70s el cono sur de América iba casi de maravilla. Es tristísimo que el Pinochetazo (primer experimento friedmanita) nos robara esa esperanza.

2 comentarios:

A.M. dijo...

Yo creo que podemos cambiar el mundo a mejor, El problema es que hay mucha gente a la que no le interesa, pero eso no importa, pq nosotros somos los que independientemente del mal que hagan otros no debemos permitir ser como ellos.
POr un mundo mejor.
Un abrazo!

Anónimo dijo...

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(no soy el autor del blog)