23 de diciembre de 2009

Bredoteau o Bretodeau o como sea

Recuerdo que en la película Amelie, al primer individuo que la heroína ayuda: uno apellidado Bretodeau o Bredoteau, le gustaba mucho desmenuzar pollo recién rostizado. De hecho, esa actividad la pusieron como lo que Bretodeau o Bredoteau "más amaba", ir a comprar su pollo y deshebrarlo todo hirviendo. No sé porqué le provocaba ese gran placer una actividad de ese estilo, ayer cenamos tortas de pollo con papas fritas y me tocó desmenuzar la carne de las distintas piezas quitando primero la piel y poniéndola en un rinconcito del recipiente en el que nos mandaron el ave, luego, con sólo presionar con la punta del dedo en cualquier lugar de la pieza (pechuga, muslo, ala, pierna) se desprendían fragmentos de músculo cocido, y con gran facilidad despojaba a los huesos de todo trozo de proteína suave y cremosa e hirviente.

Es divertido, porque cada que hago algo con carne, gracias a varias amistades vegetarianas, visualizo al animal que estoy por comerme, pienso: "esta era una pierna con la que se desplazaba", "este cartílago unía al músculo de su 'cadera' con el hueso", "pronto te alcanzaré allá donde estés hermano pollo", "¿le habrán roto el pescuezo, lo habrán decapitado, o lo habrán ejecutado con algún método más salvaje?", y con todo y ese flotar de pensamientos en mi mente al momento de prepararlo, al comerlo no me rajo...

Pero volviendo a Amelie, al deshebrar el pollo, me quemé los dedos, los cuales quedaron repletos de grasa y trozos pegajosos de cartílago y pellejo, y el hedor en mis manos duró un par de horas, hasta que lavé los platos. En general no fue una experiencia agradable, y además me dio algo de nauseas tras comerme un trozo de piel cartilaginosa. Al final no coincido para nada en gustos táctiles con el tal Bretodeau o Bredoteau ese, pero sí coincido con Amelie en el placer de tocar distintas semillas en sus saquitos.

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