13 de diciembre de 2009

Premios de paz y otras banalidades

Ya lo decían los Romanos: Si vis pacem para bellum (si deseas la paz prepárate para la guerra). Es algo que a pesar de sonar tan contradictorio tiene su lógica: esto es, si los enemigos saben que estás listo y preparado para darles una madriza se la pensarán dos veces antes de atacarte (a no ser que los gobierne algún loco irresponsable). Paz por medio de la fuerza, muy bien, hacerse prácticamente inatacable. Pero, ¿qué garantiza que el fuerte no abusará de su fuerza? O, como también lo ponían los romanos: Quis custodiet ipsos custodes? (¿quienes vigilan a quienes nos vigilan?) que es una desas preguntas que cada vez que se responde puede volver a hacerse: e.g. Al ejército lo supervisa la policía militar, ¿y a la PM quién la supervisa? A la PM la supervisa el cuerpo de Centinelas (por decir algo), muy bien, pero ¿quién supervisa a los Centinelas?, y así hasta que nos encontramos a quien puede abusar sin que nadie con poder cohercitivo lo fiscalice.

Los romanos también, me imagino, consideraban imposible negociar con los bárbaros, lo que dejaba como única opción el exterminio destos últimos. Es una postura muy cómoda decir por ejemplo que los talibanes no iban a dejar las armas tras la negociación. Pero la cosa es que E.U. tampoco pretende dejar las armas, ni lo va a hacer, por más que la ONU o cualquier grupo de paises negociaran con ellos. De hecho, negociar es comprometer a algo a las distintas partes involucradas, no imponer a los demás la norma que creemos mejor (como cuando se ponen a exigirle a Iran que deje su programa nuclear). Entonces, ¿por qué ese hipócrita discurso de doble rasero pronunciado por Obama en Estocolmo?, pues porque funciona, porque mucha gente se lo cree y lo secunda, e incluso algunos piensan que es demasiado blando.

La guerra es un gran negocio. Los gringos son de los que más ganan con ese negocio. Así que por eso se la pasan buscando casus belli con todos y por todos lados. Y por eso se la viven metiendo cizaña en sud-américa y áfrica. Por más que los estadunidenses logren dorarle la píldora con sus medios a la mitad del planeta (pero cada vez va siendo menos), por más Premio Nobel de la paz, Loana vino a parar a un mundo belicoso y despiadado. Y en este mundo canalla, al menos le construiremos mi musa y yo un mundo de amor y valores y principios y honestidad, etc. Algo que valga la pena y no esas fregaderas quesque democráticas que son las naciones de hoy en día.

1 comentario:

óscar dijo...

Paul Woodward de War in context comenta sobre un artículo que salió en la prensa gringa. En el artículo dice que Obama, pobrecito, no tenía opciones, puesto que lo eligieron sabiendo que era un presidente que heredaba dos guerras. Que no tenía más opción que decir que War is Peace. Woodward comenta que no mamen, que su opción digna era declararse halagado, pero que hubiera podido no aceptar el premio y ale.