20 de diciembre de 2009

Sueños loteríos de campaña de crisis

Ahora que estamos en crisis declarada (pero en México, hasta donde mi memoria alcanza no recuerdo tiempos en que no estuviéramos en crisis), he notado un incremento en los anuncios publicitarios de la lotería nacional. Dichos anuncios están dirigidos a la clase media más o menos oprimida laboralmente. He escuchado sobre todo comerciales en radio que plantean situaciones en que algún superior o jefe intenta comunicarse con algún empleado, o se anuncian las palabras de algún personaje, pero en lugar de que empiecen a hablar los interpelados entra una voz aguda, tipo voceador, para informar que los personajes en cuestión ya no están ahí y que debido a que se ganaron el premio mayor de la lotería no van a volver nunca más al lugar en el que solían trabajar.

Ejemplo.
--Voz de anuncio: Y con ustedes, para todos los madrugadores, el programa de radio más picudo de las mañanas con Fulano de tal...
--Voz de voceador: Que dice Fulano de tal, que ahora que se sacó el premio mayorrrr, no volverá a despertarse temprano en su vidaaaa... etc

Ahora bien, alguna vez me compré un cachito de la lotería o un boleto del melate, y aun cuando mi escepticismo me distancia del típico crédulo que guarda grandes esperanzas respecto a salir de pobre por medio del sorteo desa semana, en algún momento me dejé llevar por la fantasía del "¿y qué pasaría si me saco la lotería?". Creo que ahí está el mayor valor de esos juegos, no tanto en ganárse el premio mayor, pues las posibilidades son mínimas, sino en dejarse llevar por la imaginación y dar rienda suelta a todos nuestros anhelos. Se trata entonces de abrirle una puerta al sueño guajiro, a que los que compran un boleto puedan entonces pensar en cambiar drásticamente sus actividades cotidianas, en quitar hipotéticamente de sus vidas todo lo que les molesta, y hacer/tener teóricamente todo lo que alguna vez quisieron pero no han tenido la oportunidad ni los medios materiales para lograrlo.

Claro que ese proyectarse a una situación en la que mágicamente uno es dueño de algunos millones de pesos o de dólares también puede hacerse sin necesidad de comprar ningún boleto de lotería. El boleto lo facilita porque es una posibilidad concreta (minimérrima pero concreta) pero hace no mucho me puse a pensar en ello sin haber comprado mi "posibilidad", precisamente tras oir algunos de los anuncios de la campaña arriba mencionada. Concluí que yo no me saldría de trabajar de donde trabajo (me gusta y estoy con mis amigos) y que no me compraría un coche nuevo, pero cambiaría el 40% de lo ganado a oro y lo guardaría en una caja de seguridad para heredárselo a Loana; que otro 30% sería para comprar propiedades (entre las cuales una casa con un gran jardín y una cisterna enorme para que Loana retoce alegremente y para no padecer por falta de agua); y que el otro 30% sería para invertirlo en negocios con amigos y familiares... Así que mi vida no cambiaría demasiado ni con algunos millones de dólares, ¿quiere eso decir entonces que ya soy rico?