31 de marzo de 2012

Lo que me conmueve y lo que no

Ayer vi un trailer de una película sobre niños y niñas (ciudadanos y ciudadanas) intentando entrar a la carrera de ballet clásico profesional en estados unidos. La competencia es reñidísima, seleccionan a cerca de 200 de entre cincomil concursantes. Tienen cinco minutos en el escenario para demostrar porqué ellos, y no otros, deben ser seleccionados, y se ve que esos niños han dado la vida para estar ahí. Vi el trailer decía, y cerca del final mis ojos estaban llenos de lágrimas y estaba yo conmovidísimo. No tanto por la emoción de esos niños, por sus espectaculares logros, por sus micro fallas que podían significar el fracaso de todos sus esfuerzos; sino por la infancia usada de un modo tan duro y espartano como esos pequeños deben de usarla para llegar a la cima del mundo del ballet.

Me dolía ver a niñas y niños siendo llevados al límite por sus profesores de danza; diario, siete días a la semana, ocho horas al día, desde los cuatro años, para que al final un expectador que ni la entiende vaya a ver una obra en la que la perfección obtenida tras una vida de práctica sea ignorada, o simplemente pasada por alto mientras se aprecia el vestuario o el escenario... Así que tras esa catársis me empecé a preguntar lo siguiente: ¿por qué me conmueve lo que me conmueve? Supongo que por lo mismo que uno siente piedad y compasión, por proyección. Pero en este caso no me estaba proyectando yo en esos niños, sino que estaba viendo a Loana y a Lucas ahí, entregando su infancia por "un sueño" (de sus papás, de sus maestros, y tal vez, ocasionalmente, de los niños mismos).

Por otro lado, también me pasó preguntarme: ¿por qué no me conmueve lo que conmueve a otros? Por ejemplo, en facebook salió uno de esos posters con fondo negro que están tan de moda con una persona dándole agua a una rata de alcantarilla, y una cita atribuida a Shopenhauer que dice: "Cuando el hombre aprenda a respetar incluso al ser más pequeño de la creación, sea animal o vegetal, nadie tendrá que enseñarle a amar a sus semejantes. La compasión por los animales está íntimamente ligada a la bondad de carácter y se puede afirmar con seguridad que quien es cruel con los animales no puede ser una buena persona." Pues bien, esa imagen obtuvo la aprobación inmediata de cientos de personas que la retransmitieron porque, pues ellos se sienten extremadamente compasivos por los animales, ergo, buenas personas. Por mi parte no apruebo el maltrato innecesario a los animales, pero si veo una cucaracha cerca de la cuna de Lucas, o veo los rastros dejados por una rata en mi casa, mi compasión será igual a cero. No quiero decir con esto que aplicaría terrible crueldad y torturaría al animalito que por su desgracia se metió a mi casa cuando mi instinto y mi conciencia me dicen que debo defender a mis críos; no, me encargaría de matar al bicho con la mayor velocidad y eficacia de la que fuera yo capaz, pero ¿compasión?, tal vez la sentiría después del "crimen". Como sea, no creo que la compasión por los animales esté íntimamente ligada a nada, excepto a la proyección de los miedos de cada cual, como toda compasión. Tampoco creo que alguien cruel con los animales sea automáticamente una mala persona, sobre todo si esa crueldad nace de su trabajo o de otro fin (como proveer de carne a un pueblo), y no es sólo crueldad per se. Así que sí, está muy bonita la frase, tiene muchos simpatizantes de entre los que se sienten buenos porque ven fotos online y se enternecen (pero no dejan a sus perros dormir en sus camas).

Seguiré analizando lo que me conmueve y lo que conmueve a otros pero a mí no sólo no me conmueve, sino que me exaspera un poquito. Mientras tanto, si quieren ver el trailer de la película de los pequeños aspirantes a bailarines de ballet clásico, click para ver el avance de First Position.

30 de marzo de 2012

Poetica: mantener cautivo al público

He encontrado que las series de televisión tienen cuatro trucos para mantener enganchada a su audiencia. El primero, y más difícil de lograr, y que más que un truco constituye el núcleo de cualquier artificio destinado a llamar tu atención, es la calidad. Si el guión es bueno, si las actuaciones son convincentes, si la filmación y la edición son innovadores, entonces la serie puede funcionar. Todavía no está garantizado que tenga éxito, para eso los que la ven deben prendarse de ella, deben comentarla en sus oficinas, deben verla día con día, o semana con semana, y la audiencia debe crecer, de modo que si cuando empieza la ven un millón de telespectadores, al final debe haber dos o tres millones. Y eso se logra cautivando a la gente; pero en lo que eso pasa, en lo que un televidente de verdad se vuelve fan de hueso colorado, existen los otros tres trucos para hacerlo volver a la cita la siguiente semana:

En primer lugar, cada capítulo debe contener una historia en sí mismo, y concluirla. Así como en los casos del Dr. House, en los capítulos de series policiacas, o en otro tipo de dramas sentimentales, debe haber algo que se empiece, y para el final del episodio, algo que se termine, de preferencia deben ser la misma cosa, pero se puede concluir algo empezado en capítulos anteriores, así como dejar inconcluso algo que se inició en el episodio recién visto. No importa, cada capítulo debe tener algún desenlace y eso es lo que cuenta, que se cierre, que se resuelva, que se entienda algo del personaje, o de la historia en general, o del mundo imaginario en el que viven los seres de nuestra serie predilecta.

En segundo lugar, aunque este truco no me gusta mucho porque me parece digno de las peores telenovelas mexicanas, y es algo que no solemos ver en House, o en Alcatraz, o en Awake; es con respecto a algo inminente que sucede al final, puede ser ya sea algo esperadísimo que parece que finalmente va a suceder, como cuando todos están buscando a un personaje por varios episodios y parece que al fin se acercan a la meta, y van a abrir la puerta detrás de la que...(fade out); o también puede ser algo "inesperado", como ver a la novia de uno de los personajes caminando de la mano con otro de los personajes, o que el malo active algún mecanismo que amenace con matar a uno de los meros meros (o a algún miembro de su familia), etcétera.

El tercer truco es una historia un poco más larga que cruza varios episodios. Por ejemplo, tenemos al policía que en cada capítulo descubre al maleante, lo encarcela y cierra su caso, y se ve cabrón, y es el mejor en lo que hace, esto es, todo un héroe; pero resulta que alguien del FBI o algún superior u oficial de alguna dependencia mayor empieza a sospechar de él por corrupción o algún otro detalle, lo investiga, y lo sigue por varios episodios hasta que se demuestra la inocencia del héroe. O como la historia de amor que hubo entre House y Cuddy entre las temporadas 5 y 7; era una trama más sutil que subyacía a todos los casos episodio a episodio.

En resumen, en una buena serie cada episodio debe ser excelente en su calidad y guión, debe tener un desenlace, debe concluir o mandar a anuncios con algún asunto inminente y dejarlo pendiente, y debe tener, además de la trama narrada en el capítulo mismo, otra historia más larga entrelazada entre varios episodios seguidos.

29 de marzo de 2012

Cuando el destino nos deja atrás

Me costó muchísimo trabajo recuperara los posts atrasados. Sobre todo porque si un día dejo de escribir, al día siguiente para recuperarme debo escribir dos posts, y si ese día tampoco escribo, al día siguiente ya son tres, y escribir tres posts se dice fácil, pero si nos ponemos a pensar que además hay que inventarse un tema del que escribir, y que a veces después de escribir un post ya no se le ocurre a uno nada porque "las musas han pasao de mí", tenemos un resultado nefasto.

Es por eso que en este tipo de proyectos personales, y en muchos proyectos que requieren de una aportación diaria, atrasarse puede tener el efecto de una bola de nieve que termine destruyendo todo el esfuerzo. Con este post me pongo al corriente y aprendo mi lección. Si no fuera porque tengo adelantadas dos traducciones (la de 'La guía para los sin Dios' y 'El evangelio de la velocidad de Google') no me habría podido reponer, y justo ahora seguiría corriendo detrás de los posts perdidos, o bueno, atrasados.

Y para que no me vuelva a suceder hoy en la noche avanzaré en la otra traducción que me encargaron y que me pagarán, y escribiré mi post de mañana.

En otros asuntos, Loana ya lleva algunas semanas con papitis, ya quiere pasar más tiempo conmigo y ya me busca mucho y me pide que juegue con ella y que le lea o cuente cuentos. Eso me tiene contento. :-D

28 de marzo de 2012

El décimo mandamiento de la mujer

En frente de la guardería donde llevo a mis chamacos, hay un anuncio de la campaña de Vickyform "Los 10 mandamientos de la mujer, creados por la mujer", que me parece bastante malo y ligeramente ofensivo. Lleva la frase: No aguantaré a ningún hombre sólo para que mis hijos tengan un padre.

Ahora bien, la mera verdad esa frase me parece sexista eso de "aguantar a un hombre", ¿qué quiere decir con "aguantar"?, y, ¿acaso todos los hombres son igualmente "inaguantables"?, ¿qué está queriendo decir?, ¿que no va a tolerar actitudes machistas o sexistas?, eso está muy bien, pero, ¿por qué relacionar esas actitudes automáticamente con el género masculino entero?

Total que esa primera parte me parece patética, pero la segunda parte, la de "sólo para que mis hijos tengan un padre" me sabe peor. ¿Sólo?, ¿o sea que no es importante que tengan un padre? Obvio, cualquier pequeño/a tiene un padre biológico, eso es indudable, pero ¿qué tal un padre simbólico, o mejor dicho, una figura paterna? ¿no deberían de tener voto en eso también los hijos?, es decir, ¿no tienen derecho los niños a las dos figuras, paterna y materna? Supongo que sí es un derecho de los niños, que sólo se les negará por causa de fuerza mayor (por ejemplo, que el padre o la madre mueran, que alguno de ellos --o los dos-- sea un criminal, etc).

Digo, la emancipación femenina, la reivindicación de sus derechos, la pugna por la igualdad de oportunidades y salarios, la representación en medios, puestos altos, política, entre muchas otras facetas del movimiento feminista me parecen loables; y los otros nueve mandamientos de la campaña de Vickyform están muy buenos, sin embargo, esa frase del mandamiento número diez fue escrita sin pensar.

27 de marzo de 2012

Contabilizar a los que se abstengan

Me parece antigenial, o más bien absurdo, el bombardeo que están lanzando en los medios masivos de promoción del voto. Es decir, es obvio que una porción sustancial de la gente ya no cree en la democracia representativa; nomás no saben qué otras opciones pueden existir, si valdrá la pena luchar por ellas, si no se corromperán con el tiempo como lo que hoy en día está "funcionando", etc.

Es obvio, también, que ante la inmensa transparencia que está surgiendo gracias a internet (los escándalos se destapan masivamente a segundos de haber sucedido), ya nadie cree en ninguno de los candidatos, del color y posición ideológica que sean.

Y también es obvio que mucha gente ya no se traga los anuncios de las campañas mediáticas, por más simpáticos, dramáticos, ingeniosos que puedan ser.

Ante todo lo anterior, y sabiendo que los que organizan las campañas publicitarias lo saben también, surge lo evidente: se trata de grandes negocios publicitarios; se trata de gastarse millones y millones de pesos para decirle a la gente que vote, que si no "después cómo va a reclamar", que valore las propuestas más sensatas para elegir, que ejerza su derecho/obligación, que la cosa no se acaba con las elecciones sino que luego hay que "seguirle la pista" a quien quede (como si pudiéramos quitarlo tras cacharlo en movidas chuecas), etc. Todo lo cual en realidad no está destinado a convencer a nadie de que de hecho vaya a las urnas, sino a llenarse los bolsillos de lana.

El que controla a los medios masivos controla en gran medida la opinión. Con lo que incluso si no va a votar el 70% del padrón electoral, el gobierno puede declarar que todo el proceso fue un éxito. Sin embargo, tal vez haya modos vía internet de conocer cuantas personas no votaron o dejaron su voto en blanco, y así contrarrestar el cerco desinformativo. Jmmmm, súrgeme una idea, hacer una página en la que los que no voten se registren: que pongan el número de su credencial de elector, que elijan entre algunas opciones --no fui, voté en blanco, anulé mi voto--, y en un pequeño campo de texto (por ejemplo de 140 caracteres) que pongan el motivo. La idea sería contabilizar a los que no votaron, y que el registro quedara abierto un par de semanas después de las elecciones. Llegado un punto, si los que no votaron suman 40 millones, los medios no podrían alegar que fue a votar más del sesenta por ciento de los electores.

26 de marzo de 2012

El evangelio de la velocidad de Google (2 de 4)

Esta es la segunda parte del artículo de Think Quarterly The Google Gospel of Speed

Tenemos una simple regla en apoyo de este evangelio de la velocidad: No lanzar mejoras que nos atrasen. Pueden inventar una característica nueva genial, pero si retrasa la búsqueda, tienes que ya sea olvidarla, o arreglarla, o traer otro cambio que más que compense el atraso. Tenemos lo que llamamos un 'presupuesto de latencia fijo', que es algo así como un presupuesto familiar. Si quieres irte de vacaciones a un lugar más lindo pero el presupuesto no alcanza, necesitas cortarle en otros lados.

Este simple concepto dirige a legiones de ingenieros de Google y gerentes de producto a hacer algunas cosas bastante sorprendentes. Es por eso que cuando haces una búsqueda de Google desde un lugar remoto del mundo, tus resultados seguramente te llegan de computadoras cercanas. Trabajamos para hacer cachés de datos en instalaciones locales, con el objetivo de hacer que Google sea casi tan rápido en San José, Argentina, o San José, Costa Rica, como lo es en San José, California.

Es por eso que tenemos tableros de control de desempeño en vivo en grandes pantallas en muchas de nuestras oficinas de ingeniería, para que los equipos puedan ver los niveles de latencia a lo largo y ancho de nuestros servicios. Es por eso, que hace unos años, cuando fallamos en cumplir con nuestros principios y las cosas empezaron a hacerse lentas, tuvimos un 'código amarillo' e hicimos que ingenieros y gerentes de producto de equipos de productos principales dejaran lo que estaban haciendo y se pusieran a trabajar en hacer que las cosas fueran más rápidas. La velocidad es simplemente parte de nuestra cultura de ingeniería.

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Cualquier link posterior al [2] lleva a la página principal.

25 de marzo de 2012

Disyuntiva cualitativa

La semana pasada Lucas fue con la alergóloga, y una vez que mi musa le describió los síntomas la doctora opinó que en efecto, se trataba de un cuadro alérgico; así que le mandó un montón de medicinas a nuestro crío así como unos análisis de sangre específicos. A los análisis lo llevaron mis papás (y luego los alcanzó por allá mi amada) y me cuentan que Lucas fue un valiente. Ahora tenemos que esperar los resultados y ver qué onda.

Yo le había planteado una disyuntiva a mi hermosa compañera cuando fue a ver a la alergóloga. Cuando fuimos al curso de ATR y alergias, supimos de pequeños que son tan alérgicos a todo lo comestible, que sólo comen un tipo de alimento pre-preparado enlatado y saborizado. Para esos niños no hay el antojo de un tamarindo, de un helado, de un chocolate, de spaguetti, ni nada más que su alimento semi-líquido empaquetado. Por su parte, Lucas no presenta unos síntomas tan tremendos: solo nariz congestionada, hace popó semi-líquida (aunque en ciertos horarios muy específicos, por lo que no se deshidrata), y de repente le salen ronchas tipo urticaria. Entonces mi disyuntiva era entre dos males, ¿cuál es el menor?, o por ponerlo de otro modo, ¿entre una solución radical como que comiera solamente licuados enlatados y que padeciera de los síntomas arriba mencionados, cuál era la que le daría una mejor calidad de vida a mi bebo? ¿eliminar la riqueza de sabores y olores y texturas, o padecer algunas molestias corpóreas? Claro, no sabemos para esto si nuestro crío tendría que comer exclusivamente de algún alimento, en realidad me anticipo a los resultados.

El problema, le planteó la alergóloga a mi musa, es que el cuadro alérgico puede ir de menos a más. Hoy pueden ser sólo esos tres síntomas, pero mañana podría presentar serios problemas para respirar... De modo que el dilema quedó resuelto al plantearle la duda a la doctora. Esperemos que Lucas no tenga alergias tan severas, y que excluyendo algún alimento en específico se le quiten las molestias. Obvio, como a mí me encanta comer, considero que la calidad de vida de mi hijo se vería mermada si no pudiera probar gran variedad de sabores, pero hay cosas que le suceden a uno en la vida frente a las cuales se deben tomar decisiones, y no siempre hay una plétora de opciones; si hay que elegir de dos males el menor, pues ni modo.

24 de marzo de 2012

Una guia para los sin Dios: C6-Deseos (6 de 7)

La consideración del deseo racional resuelve el problema del juicio erroneo usando la idea de la información completa y vívida para eliminar aquellos deseos cuya satisfacción la gente consideraría sin valor después del hecho. Imaginemos, sólo para dar un ejemplo muy sencillo, un no-fumador que desea consumir una cerveza, una pizza, y un cigarro. Esos son sus deseos reales. Si contemplara sus circunstacias desde un hipotético punto de vista total y vívidamente informado respecto de la incomodidad de su primer inhalación de humo de tabaco, las consecuencias de fumar para su salud, y el estar libre de adicciones y la debilidad de la voluntad, entonces probablemente perdería sus deseos de fumarse ese cigarro. Sus deseos racionales serían entonces solamente tomar cerveza y comer pizza.

La teoría del deseo racional resuelve el problema de la casualidad usando la idea de la información completa y vívida para añadir deseos cuya satisfacción juzgaríamos digna al experimentarlos. Volviendo a nuestro ejemplo, supongamos que el mesero le lleva al no-fumador una ensalada de espinacas por error. Él no la quería antes de recibirla, pero al comérsela la disfruta. Esta es casualidad. La teoría del deseo racional predice que si hubiera contemplado imaginariamente sus circunstancias, completa y vívidamente informado del buen sabor y lo saludable de las espinacas, seguramente se hubiera formado el deseo de comer esa ensalada. Sus deseos reales son consumir una cerveza, una pizza, y un cigarrillo. Sus deseos racionales seguirían incluyendo beber una cerveza y comer pizza, pero eliminarían fumar un cigarro, y añadirían comer ensalada.

Ahora notemos algo muy importante. Para resolver el problema de la casualidad, la teoría del deseo racional debe añadir deseos hipotéticos que de hecho no tenemos. Nuestros deseos racionales o informados son deseos hipotéticos o imaginarios que tendríamos solamente si estuviéramos completa y vívidamente informados. No son los deseos reales, aquellos que nos motivan. En particular, no son de hecho deseos reales de actividades futuras. Los deseos racionales con deseos hipotéticos para eventos futuros. Los deseos hipotéticos, sin embargo, no son deseos ordinarios, si es que siquiera son deseos. Los deseos racionales parecen ser predicciones sobre lo que querríamos si estuviéramos perfectamente informados y fuéramos racionales, o hipótesis sobre lo que tendríamos que querer bajo circunstancias racionales.

23 de marzo de 2012

Dos pequeños bugs: 2 dos 2

En este momento en la oficina estoy idle, es decir, no me han asignado ninguna nueva tarea y ya no tengo que hacer. Pero esa situación llega después de que resolví dos bugs en la página de noticias. El primero era que no podían borrarse los podcasts. En la página de administración podían subir un podcast para un programa de radio, pero no era posible borrarlo. Así que me metí al código a debuggear, y después de un rato descubrí donde estaba el error y lo reparé. Lo curioso es que ese error estaba ahí desde hace un año que pusimos a funcionar la página, eso quiere decir que los que la administran nunca tuvieron necesidad de borrar ningún podcast; extraño pero cierto.

El otro bug era que de repente, en la página principal, en la sección lateral que lleva al interior de videos, apareció un link que no llevaba a ningún lado. Resultó que al tomar el texto para desplegarlo en la página, tomábamos tan sólo los primeros 400 caracteres; y para ese video en particular el punto en el que truncábamos el texto era justo a la mitad de un link. De modo que lo que hice para resolver el problema fue limpiar de etiquetas de html todo el texto que mandaba imprimir en pantalla, y el bug quedó resuelto.

Todo lo anterior logré localizarlo y resolverlo en pocos minutos, lo que demuestra lo bien que conozco el código que hicimos así como mis avances en programación.

22 de marzo de 2012

De retrasos bloggeros

¿Por qué el retraso? Quiero decir, tengo tres posts de atraso con respecto a la fecha de publicación, y eso me tiene un poco incómodo conmigo mismo. Sin embargo, últimamente me he caído al sueño de manera bastante radical y veloz: pongo la cabeza en alguna almohada y se me empiezan a cerrar los ojos y en menos de lo que canta un gallo, ya estoy roncando. También estoy haciendo la traducción al español de un libro de astrología médica para mi papá. Es curioso, soy fiel al texto, lo traduzco con la mayor precisión de la que soy capaz, y mientras tanto no puedo evitar ofenderme un poco por la falta de seriedad de la mayoría de los argumentos, y por pensar que el autor del libro seguramente es visto como una eminencia y es respetadísimo. Eso y que en el trabajo ya no he podido escribir ni en la tarde, poco antes de salir. Espero recuperar mis posts perdidos pronto.

21 de marzo de 2012

DHL y sus 24 horas (hábiles)

Cuando se trata de pedidos por internet, muchas veces los proveedores te ponen varias opciones para el envío de tu pedido. La primera es la más barata, y si vives en los E.U. hasta sale gratis a partir de cierto monto de compras, pero luego, si te urge el producto, si lo necesitas para ayer, para ya, o ya de perdis para mañana, hay varias opciones. Así fue que cuando pedimos el disfraz de changuito de Lucas para su festival de la primavera del kinder, mi musa pidió DHL express entrega en 24 horas. Lo pidió un viernes en la tarde, se puso en contacto con la proveedora, esta confirmó con una copia escaneada de la guía de mensajería para que pudiéramos rastrear el paquete, y todos quedamos felices pensando que el sábado, o tal vez el domingo, y a más tardar el lunes, llegaría el envío.

El sábado en la noche revisamos con el número de guía el reporte online, y decía que nuestro pedido había salido del aeropuerto de Cancún el mismo viernes en la noche. El domingo el estatus seguía igual y no había servicio telefónico, el lunes, había muchos más datos, pero aún nada, y el martes en la mañana, ya con la paciencia extraviada mi amada llamó a los de DHL, y las personas que la atendieron defendieron el que el paquete no hubiera llegado con los siguientes dos argumentos: el lunes había sido día feriado, y las 24 horas era hábiles.

24 horas hábiles, no 24 horas. La transa es la siguiente: en primer lugar en el anuncio no decía 24 horas hábiles, por lo que su publicidad es engañosa y me mintieron; pero incluso si se me hubiera informado que eran "horas hábiles", yo no sé cual es el horario de servicio de reparto de DHL, podría ser en horario de oficinas, de 9 a 18 (es decir con nueve horas hábiles por día), o podría ser de 8 a 20 (12 horas hábiles por día), o podría ser de 9 a 12 (con tres horas hábiles al día). Al no tener yo ese dato, no sé a qué atenerme, no sé si trabajan una porción del día los fines de semana, y si esa porción cuenta como horas hábiles.

Finalmente el disfraz lo recibimos el martes cerca del medio día. Lo lavamos, obvio, no se lo íbamos a poner así a Lucas, y sólo porque hacía mucho calor y estuvo secándose toda la noche, fue que pudimos usarlo el miércoles del festival. Así que, ya saben queridos lectores, no pidan nada en DHL, y si en una de esas les ofrecen un servicio de entrega en 24 horas, pregunten primero qué nada si son horas hábiles, y en segundo lugar, si es que les responden afirmativamente, pidan saber el número de horas hábiles que tienen sus jornadas laborales, no vaya a ser que paguen mucho más por su producto para que les llegue rápido y su pedido les llegue en una semana, en lugar de en un día.

20 de marzo de 2012

Más sobre berrinches

Sigo con el berrinche de mi fierecilla adorada del sábado pasado. En un momento dado, y tras haber esperado pacientemente durante toda la comida, le di su biberón de la tarde. No se lo tomó. Lo puso en la mesa, en frente de ella, y lo empezó a acercar peligrosamente al borde, poco a poquito, con la obvia intención (para mí que la conozco) de tirar "accidentalmente" la mamila, por ociosa, por diversión, por aburrimiento, por cansancio o por lo que sea. Así que justo antes de que lograra su pequeña maldad, levanté el biberón y lo puse más adentro de la mesa. Ese pequeño cambio de posición bastó para desatar el berrinche. Entonces saqué a mi pequeña de su periquera y traté de calmarla, y ahí fue cuando me soltó cuatro 4 cuatro, cuatro cachetadas en un instante. Entonces la llevé a un sillón de esos booths pegados a la pared y la senté y le dije que estaba castigada; pues se rodó y se tiró al piso y se puso a berrear en el piso.

Mi musa mientras tanto fue al baño. Loana seguía llorando debajo de la mesa. Yo estaba sentado al lado de donde lloraba mi beba, francamente exasperado, y vigilando a Lucas que dormía. Hice dos intentos de dialogar: "Loana, ¿ya nos vamos de aquí?, ¿te levantas por favor?" -- Buaaahhhhh. Y en eso vi de reojo a los meseros, estaban haciendose sonrisitas entre ellos, parecía que habían apostado en cuanto tiempo perdería yo la paciencia y le daría sus nalgadas a mi berrinchuda escuincla. Mi amada regresó y saqué a Loana a la fuerza de su madriguera, la cargué (ahora esquivando exitosamente sus manotazos), la saqué del restaurante, y resultó que en la puerta había un carrito de pasteles. "Mira Loana, los pasteles", volteó la cabeza, los empezó a ver, "¿son pasteles papá?", y yo "sí, y se ve que están muy ricos", la llevé frente a la vitrina de los postres y las galletas: "Mira Loana, galleeetas", y ella señala unos monitos de azucar: "¿qué es eso?", y le expliqué, "¿y porqué?", y le expliqué también, "¿pus como?", y la abracé y le di algunos besos, "ya no doyo papá (ya no lloro papá)", "qué bueno corazón, vámonos a la casa pequeña mía". Regresamos al restaurante, a recogerlo todo, carreola, mochilas, etcétera, y vi a la única mesera del grupito burlón que ya había visto poco antes, cobrar orgullosa su apuesta con los otros tres. Pues sí, no le pegué, y regresamos a la casa con Loana dormidita.

19 de marzo de 2012

Mañas que debemos quitarle

Hace poco, el día que fuimos a comprarle a Loana el vestido para su festival primaveral, comimos en un restaurante de la plaza en la que estábamos, y Loana en algún momento dado se enfureció y me soltó no una, no dos, no tres, sino cuatro cachetadas con todas sus fuerzas antes de que yo la inmovilizara y la regañara. Tras lo cual berrinche, drama, pataleo, y demás, de lo que hablaré luego. Lo que me preocupa más en este momento es que nos pegue a su mamá y a mí. Es decir, nos está dejando sin opciones. Yo no soy partidario de la violencia, precisamente porque suele engendrar más violencia, y porque llegado un punto sólo se la puede detener con violencia; pero eso lo sé después de 35 años de vida, ¿cómo enseñarle eso a mi cría de dos años, y sin violencia? Digo, ese es el reto, porque si de demostrar que uno es más fuerte se trata, con regresarle una de sus cachetadas, al triple de intensidad, debería demostrarle que meterse conmigo es hasta cierto punto peligroso.

Una de las cosas que comentaron en el curso de ATR al que asistimos hace casi dos semanas mi amada y yo, fue que los niños pequeños (hasta por ahí de los seis años) no tienen nociones éticas, ellos no se ponen a reflexionar sobre lo bueno y lo malo de sus actos, y mucho menos sobre el bien y el mal, sino que únicamente registran lo que les funciona y lo que no les funciona para conseguir lo que quieren. Y lo aplican. Por lo tanto, intentar convencer a nuestra monstruela de que pegar no está bien no va a servir de mucho. Al otro extremo está el miedo: "si le pego a mi papá, él me la regresa mucho más fuerte y me duele"; pero francamente todavía no quiero llegar a ese extremo, también porque sé que cada golpe genera rencores.

Así que, tenemos a una niña súper lista, que ya nos tomó la medida, que no toma en cuenta lo bueno y lo malo sino lo que le funciona, y que de repente, sobre todo cuando se salta la siesta, se pone a repartir golpes a donde caiga y a quien le toque; y no queremos pegarle. ¿qué hacer?, ese es el dilema. Yo creo que debemos generar una estructura (como decía una nutrióloga en el curso), los días que no vaya a la guardería y salgamos a dar la vuelta, tenemos que darle su comida estrictamente en sus horarios, y hacerla dormir su siesta. Eso porque el desajuste de horarios y el sueño la ponen ultra-irritable. Pero no sólo somos nosotros, si bien debemos corregir aquello que la pone en un estado extremadamente sensible a la frustración, sea como sea, no es aceptable que nos pegue a su mamá y a mí; así que creo que cuando lo intente nuevamente, hay que inmovilizarla (para que no siga soltando sopapos a diestra y siniestra) y aplicar el castigo estándar: llevarla a un sillón "de pensar" a que se quede ahí por unos minutos en lo que se calma y piensa sobre el resultado obtenido con su estrategia.

18 de marzo de 2012

Gustos cada vez más consistentes

Hace poco fuimos a comprarle un disfraz a Loana para su festival de la primavera y resultó que Loana ya está definiendo sus gustos personales consistentemente. Para ejemplificar mi punto es necesario que explique que, por ejemplo, últimamente mi pequeña es fan de La sirenita; propiamente de la protagonista, Ariel, así que mi amada se puso a buscar un disfraz de Ariel en internet, y finalmente encontró uno cuyo vendedor estaba en el D.F. Mi musa llevó entonces a nuestra beba frente a la pantalla para mostrarle el vestuario, pero Loana, fijó su mirada en otro vestido, uno rosa con crinolina, y lo señaló y lo pidió con vehemencia.

Al día siguiente fuimos a Parque Delta, plaza en la que se encuentra la tienda de disfraces, y llegando le mostramos el catálogo impreso; abajo a la derecha el vestido de la sirenita, arriba a la izquierda el que le había gustado por internet. "Ese, quieyo ese poy favoy" dijo señalando el rosa que había pedido la noche anterior. "¿No quieres el de La sirenita?", le preguntó mi compañera para ver si en una de esas se le ocurría cambiar de opinión a nuestra fierecilla. "No, quieyo ese". Como sea, tal vez al verlo ya en vivo se interesaba, así que mi amada pidió que sacaran también el de La sirenita, pero Loana ni lo peló, se probó el de princesa, rosa, y estuvo feliz con el vestido puesto.

En la escuela nos habían pedido que lleváramos a nuestros chamacos disfrazados de animalitos, y ahora Loana irá como la princesa de la primavera, aunque no la hayan designado ni elegido ni nada, así, por capricho divino.

17 de marzo de 2012

El evangelio de la velocidad de Google (1 de 4)

En un foro de programadores alguien preguntó si lo podían dirigir hacia un script en flash para transformar algún archivo pdf en una revistita; hubo varias sugerencias, y yo dije que tal vez en lugar de un scritp lo que necesitaba era echar un vistazo a issuu. Pero antes de dar mi opinión, fui a ver que en efecto el sitio todavía estuviera bien y funcionando, así que le eché un vistazo. Di clic en una revistita titulada Think Quarterly, y estuve navegandola, y me encontré con el artículo que traduciré a continuación en cuatro entregas. (Dejo embed de la revista, y el link hacia la versión web).


El evangelio de la velocidad de Google

Elige una búsqueda, cualquier búsqueda. 'Clima, New York City.', 'Literatura rusa del siglo diecinueve', '¿Cuándo es el Súper Tazón 2012?' Ahora tecléala en la caja de Google. Mientras tecleas, predecimos el resto de tu búsqueda, peinamos billones de páginas web, jerarquizamos los sitios, las imágenes, los videos, y los productos que encontremos, y te presentamos los mejores resultados. El proceso entero toma, en muchos casos, menos de una décima de segundo --Es prácticamente instantáneo.

Si no lo es, sufriremos. Nuestra investigación demuestra que si los resultados de la búsqueda se atrasan por aunque sea una fracción de segundo, la gente busca menos (en serio: un retraso de 400 milisegundos lleva a una caída del 0.44 por ciento en el volumen de búsquedas, eso arrojan los datos). Y dicha impaciencia no está limitada tan sólo a las búsquedas: Cuatro de cinco usuarios de internet se saldrán de la página que estén visitando si un video se atora mientras cargaba. Pero incluso si la capacidad de atención humana se ha vuelto extraordinariamente voluble, la mayor parte de la red permanece lenta. La página web promedio tarda 4.9 segundos en cargar -- en un mundo en el que fracciones de segundo cuentan, eso es una eternidad.

La red se ha vuelto un centro crítico para la política, la escuela, y el entretenimiento. Todo negocio es un negocio digital; grande o pequeño, local o multinacional. Entonces ¿porqué está bien que una página tarde cinco segundos en cargar? Hay 245 millones de usuarios de internet en los E.U., y si cada uno de ellos tiene que esperar cinco segundos, acabamos de desperdiciar cerca de 39 años de su tiempo.

'Rápido es mejor que lento' ha sido un mantra de Google desde nuestros primeros días, y hoy es más importante que nunca. La internet es el motor del crecimiento y la innovación, así que estamos haciendo todo lo que podemos para asegurarnos de que sea más Fórmula 1 que una carrera de cochecitos de cartón. La velocidad no es sólo una de las características, es la característica.

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Cualquier link posterior al [2] lleva a la página principal.

16 de marzo de 2012

Curso de ATR de todo un día

El sábado pasado mi musa y yo (y por supuesto que Lucas también) fuimos al tercer curso de ATR y alergias en la facultad de Medicina de la UNAM. ATR es acrónimo de Acidosis Tubular Renal, y según esto, hasta un cuarenta por ciento de los niños con ATR tienen alergias de diversos tipos. Existe una correlación, aunque no está dicho que la ATR sea la causa (de hecho una mamá nos comentó que ella creía que era al revés, que las alergias le estaban causando el ATR a su pequeña. Obvio que no fuimos a todas las pláticas, por la mañana había mucha información acerca de la fundación que organizó el evento, luego había un bloque sobre alergias, luego otro sobre nutrición, y finalmente otro bloque para amenizar en el que se iba a tratar el control de berrinches, creo, que ya nada tenía que ver con el tema del curso. Mi amada, Lucas y yo llegamos cuando empezaba la sección de alergias, y nos fuimos cuando concluyeron los nutriólogos.

Fue interesantísimo y cuando describiéron síntomas de alergias nos pareció que mencionaban todo lo que Lucas padece, creo que nos volvimos hipocondríacos por interpósita persona. Luego los nutriólogos dieron muchos tips y explicaciones de cómo se alimentan los niños. Hubo un experimento, según uno de los ponentes, en el que a un grupo de niños les dan un yogur con alto contenido calórico previo a los alimentos, y a otro grupo de niños les dan otro yogur sin la sobrecarga de calorías, y el estudio demuestra en repetidas ocasiones que los niños chiquitos se auto-regulan, y no comen más de su necesidad de carbohidratos. Con lo que hay que hacerle caso a la naturaleza de los pequeños y no presionar para que se coman todo lo que está en sus platos. Y así, tips para darles nuevos alimentos, etcétera.

Después del curso nos fuimos por Loana, que se había ido con mi mamá a casa de mi tía Eli, que tiene una nena de apenas nueve meses más que Loana y parece que ya se están volviendo amiguitas. Estuvieron jugando juntas parte de la mañana y la tarde, y la verdad es que para cuando fuimos por nuestra fierecilla ya estaban hartas la una de la otra; sin embargo de vez en cuando Loana pregunta por su tia-amiguita, y pregunta cuando volveremos a ir con ella. Tal vez pronto, ojalá.

15 de marzo de 2012

Una guia para los sin Dios: C6-Deseos (5 de 7)

Deseos racionales

Si nos vamos hacia la que ha sido la teoría más influyente del valor en la filosofía reciente, la del deseo informado, o del deseo racional, entonces podemos evitar los dos problemas anteriores. Por ejemplo, James Griffin sugiere que lo que nos importa es "... el cumplimiento de los deseos que las personas tendrían si apreciearan la verdadera naturaleza de sus objetos." (Griffin 1986:11) Y Richard Brandt escribe:

Llamaré 'racional' al deseo, aversión, o placer de una persona, si pudiera sobrevivir a, o ser producido por, una 'psicoterapia cognitiva' cuidadosa de esa persona. Llamaré a un deseo 'irracional' si no pudira sobrevivir de modo compatible a juicios claros y repetidos sobre hechos establecidos. Lo que eso significa es que el deseo racional puede enfrentar, o será incluso producido por, el conocimiento de la verdad; mientras que el deseo irracional no puede. (Brandt 1979:113)

Brandt llama 'psicoterapia cognitiva' al proceso completo de confrontar los deseos con información relevante, a travez de representarla repetidamente, idealmente de forma vívida, y en un momento adecuado..." (Brandt 1979:113) Para otros filósofos, los deseos informados no son los deseos que tendríamos si estuviéramos totalmente informados. En cambio, son los deseos que quisiéramos tener nosotros mismos, o que nos recomendaríamos tener, de estar perfectamente informados. Peter Railton escribe que "... el bien de un individuo consiste en lo que él quisera querer, o perseguir, si pudiera contemplar su situación actual desde un punto de vista total y vívidamente informado sobre sí mismo y sus circunstancias, y por completo libre de errores cognitivos o lápsus de racionalidad instrumental." (Railton 1986:16)

14 de marzo de 2012

¿Qué harías si fueras rico?

Ahora en las mañanas nos sólo debemos preparar a Loana para la guardería, sino que también a Lucas, las mochilas con sus cambios de ropa, la que lleva los biberones de Lucas, los citratos, etcétera. Con lo que he llegado más tarde que nunca a la oficina. También he salido más tarde que nunca de la oficina, porque como me dijo el director del área, si llega uno tarde debe quedarse a cumplir con las ocho horas y media de condena laboral.

Como sea, en el trabajo ahora mismo no me han asignado ninguna tarea, así que estoy investigando modos de pulir y mejorar la aplicación de hashtags, ya que esa es muy importante para el área, es decir, gracias a esa aplicación está habiendo ingresos, la red social "todavía no despega" y vendérsela a algúna empresa que, si lo que buscan es privacidad, y que podrían usar de modo gratuito google+, no lo veo tan cercano. Y es que para que esa empresa de verdad tuviera seguros sus datos, tendría que poner la aplicación en servidores suyos, con un sysadmin de ellos, etc.

Hoy en esas preguntas ociosas que se hacen unos a otros los oficinistas me preguntaron que qué haría si fuera rico y respondí que: 1. pasaría más tiempo con mis chamacos, es decir que trabajaría unas cuatro o cinco horas, y desde casa, en lugar de las ocho y media más tiempo de transporte actuales; 2. contrataría a unos tres o cuatro sirvientes para que tuvieran la casa como le gusta a mi musa, y delegaría en ellos tanto la limpieza como el mantenimiento como la cocina y las compras y otras actividades tediosas y necesarias; 3. compraría o construiría una casona como el palacio de San ildefonso, con patio interno, paredes gruesísimas, y puertas también gruesas, con un depósito de agua para meses, techos repletos de páneles solares, es decir una casa lo más autónoma que se pudiera; y 4. viajaría, me gustaría que mis hijos sepan muchas lenguas así que me iría un par de años a inglaterra, otro par de años a francia, otro a italia, y así, para que los niños se impregnaran de esas lenguas y esas culturas.

13 de marzo de 2012

Pinchis muslims exagerados

Ayer terminé el libro Los versos satánicos, de Salman Rushdie, y la verdad la verdad la verdad, tildar a ese libro o a ese autor de blasfemo es una exageración. Es decir, sí, se mete con "el profeta", y también con el arcángel Gibreel; pero se asegura de que todo quede en un sueño. Es más, incluso si hiciera viajar en el tiempo a su personaje principal para encontrarse con Mahoma (en la novela llamado Mahound), no estaría haciendo nada distinto de lo que J.J.Benitez con su Caballo de Troya. De hecho, pone muy pocas palabras en boca de Mahound...

La cosa está así, Gibreel Farishta, estrella de Bollywood, en algún momento, y según cree él por haber comido carne de cerdo, empezó a tener sueños en los que él era el arcángel, de modo que presencia los inicios de Mahound y como, en un momento dado, este último con tal de pactar la aceptación de su Dios por parte de las autoridades de la ciudad, admite públicamente que también se pueda adorar a otras tres deidades femeninas. Luego se retracta, claro está, pero ese "desliz" es lo que constituye los "famosísimos" versos satánicos, ya que supuestamente esa concesión se la sopló al oído el mismísimo chamuco en lugar del arcángel (lo curioso es que Mahoma sí había incluido versos de aceptación de otras deidades, y sí se retractó poco después).

Pero si eso, y otros pequeños detalles más, es todo; entonces definitivamente los musulmanes que decretaron la fatwa en contra del autor indú son unos enfermos mentales que de tanto leer un único libro han perdido la capacidad para interpretar correctamente otros textos. La novela está buena, es realismo mágico, hay partes que me recordaron 100 años de soledad, cuando Macondo se llena de mariposas por el amor entre Meme y Mauricio Babilonia, del mismo modo en Los versos satánicos hay una profetiza que es visitada por Gibreel y esta está permanentemente rodeada de mariposas. En otro fragmento el personaje antagonista se vuelve un diablo enorme, y es hasta que logra enfocar su odio y desahogarse que retoma su forma humana. En sí me agradó, me dejó un buen sabor de boca, así que si pueden (y no temen ser lapidados por una horda de analfebetas), lean ese libro, se los recomiendo.

12 de marzo de 2012

¿Pus cómo?

Hace un mes y medio, más o menos, tal vez un poquito más, a Loana le entró de repente la manía de preguntar porqué a todo lo que le decíamos, y como yo suelo intentar dar una respuesta a cada pregunta, me la pasaba respondiéndole unas cinco o seis veces y creo que era ella la que se impacientaba y/o aburría, porque después del sexto o séptimo "¿y por qué?", ya no volvía a preguntar.

De un par de semansa para acá, sin embargo, su estrategia cambió. Ahora pregunta una sola vez "porqué", y después de la explicación o respuesta que le demos, su siguiente pregunta es "¿pus cómo?", frase que aprendió seguramente en la guardería, y que no me parece de incredulidad sarcástica porque está muy chiquita para eso, ni tampoco me parece una pregunta encaminada a que le explique mejor el funcionamiento de algo... Así que debo confesar que definitivamente no sé qué ocurre en su cabecita. Es más, apenas está entendiendo lo que puede esperar tras preguntar "porqué", y no tanto, de momento, lo que ella puede responder cuando le preguntamos los adultos "porqué".

Una vez, por ejemplo, yo le pregunté "¿por qué no me avisaste que ya habías hecho pipí?", creo, y me empezó a narrar en su lenguaje todavía de bebé, y con lujo de detalles de los que yo captaba apenas una porción, cómo había sido que en la guardería se había desgreñado con otra niña, narración que obviamente nada tenía que ver con la pregunta que yo le había hecho. Por desgracia, tras evocar su pleito con su amiguita, supongo que lo revivió mentalmente y volvió a sentirse enojada e intentó desquitarse conmigo, primero a manazos, luego a pellizcos, en seguida intentando morder y jalarme el pelo; por lo que acabó siendo recluida dos minutos en su sillón de pensar.

11 de marzo de 2012

La onda es no imponer

Después de la serie de "Déjenlos que coman carne" en la que traduje un artículo de Monbiot salido en The Guardian, llego a mis propias conclusiones.

1. El vegetarianismo es una opción alimentaria que cualquiera puede seguir. De hecho, yo no estoy ni a favor ni en contra, aquel que sienta que esa es su opción, que ese es su camino, por mi puede elegirla (o transitarlo) y "que vaya con Dios". En cualquier caso, dependiendo del grado de vegetarianismo hay que consultar a especialistas en nutrición para evitar consecuencias personales nefastas.

2. Yo no soy vegetariano porque ninguno de los argumentos a favor de cambiar mi dieta para consumir puros vegetales me ha parecido suficientemente contundente. El dolor/sacrificio de animales no me parece una abominación aborrecible; el desvío de alimentos para alimentar ganado está mal, pero no es la norma ni puede culparse a la carne de ello, sino a la codicia de los industriales que la producen; y el agua que supuestamente se necesita (de 10mil a 100mil litros según varias fuentes) para cada kilo de carne, es un dato estéril porque no es como si esa agua se saliera del ecosistema, o del planeta, y no siguiera su ciclo normal, al usarse para una res. Vamos, que yo no he visto a una res de 4500 metros cúbicos de toda el agua acaparada que nadie más podrá usar. Además, no consumo carne más que una vez a la semana, a veces menos.

3. Lo que sí me caga en muchos vegetarianos es esa pose de autoridad moral. Esa actitud de "yo-sí-estoy-haciendo-algo-por-el-mundo" que caracteriza a quienes se ponen a hacer proselitismo con respecto a su dieta preferida. Que si los otros son malos porque matan animales para comer; o que si son malos porque niños africanos se mueren de hambre o sed por la comida que no recibieron porque se las dieron a las vacas. Quiero decir, sí, entiendo que esa fuera su razón para dejar de consumir animales, y qué bueno que quieran ser congruentes con sus ideales. Eso está perfecto, pero no por eso aquellos que no vemos al mundo de ese mismo modo somos malos, inferiores, menos sensibles, más salvajes, ni nada por el estilo. Ese discurso de "yo soy mejor que tú porque no como carne" me disgusta sobremanera. Ustedes aliméntense exclusivamente de semillas, si quieren, pero no por ello son mejores seres humanos que yo, así que si vienen a tratarme como a su inferior, métanse su dieta por donde más les apetezca.

10 de marzo de 2012

Déjenlos que coman carne (4 de 4)

Procede en seguida a destazar un rebaño de bacas sagradas. Al igual que muchos otros verdes, he repetido sin pensarla la declaración de que se requieren 100 mil litros de agua para producir cada kilogramo de carne de res. Fairlie nos muestra que esa cifra está mal por cerca de tres órdenes de magnitud. Surgió de la suposición absurda de que cada gota de agua que cae en un pastizal desaparece en los animales que pastan ahí, para nunca volver a emerger. Una cantidad ridícula de agua fosil se usa para alimentar bovinos con semillas irrigadas en California, pero esa es una marcada excepción.

De modo similar suposiciones chifladas subyacen a la famosa afirmación de la Organización de Comida y Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) de la ONU de que el ganado es responsable del 18% de las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo, una porción mayor que la del transporte. Fairlie demuestra que hubo una serie de errores básicos. Se atribuye toda la deforestación que culmina en la crianza de bovinos en el Amazonas al ganado: cuando realmente es impulsada por especulaciones respecto a las tierras y a la tala. Se confunde a emisiones aisladas con contaminación en marcha. Se hace bolas igualmente en sus cuentas de óxido nitroso y metano, confundiendo la producción bruta con la neta. (A la inversa, la organización subestima enormemente el consumo de combustibles fósiles en la agricultura intensiva: su reporte parece haber sido informado con un fuerte sezgo opuesto a la ganadería extensiva.)

En conjunto, Fairlie estima que los animales de granja producen cerca del 10% de las emisiones mundiales: sigue siendo mucho, pero bastante menos que el transporte. También muestra que muchos aceites vegetales tienen una mayor huella ambiental que las grasas animales, y nos recuerda que incluso el cultivo vegetariano necesita matanzas a gran escala o exlusión ecológica de animales: en este caso las plagas. Por otro lado, destaza las afirmaciones hechas por algunos productores de bovinos sobre el carbono del suelo que pueden recuperar.

El sistema de producción de carne que Fairlie promueve difiere abruptamente del que se practica en la actualidad en el mundo rico: baja energía, pocos desperdicios, justo, diverso, a escala pequeña. Pero si pudiéramos adoptarlo, podríamos comer carne, leche y huevos (aunque mucho menos) con una conciencia limpia. Al mantenernos fuera del debate sobre cómo debería manejarse el ganado, aquellos de nosotros que hemos promovido el vegetarianismo hemos permitido que los campeones de la crianza de ganado cruel, destructiva, creadora de hambruna, prevalezcan. Es momento de que le entremos.

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9 de marzo de 2012

Déjenlos que coman carne (3 de 4)

Pero tales idioteces, nos hace ver Fairlie, no son argumentos en contra de todo el consumo de carne, sino argumentos en contra del modelo actual de crianza de ganado. Demuestra que hemos estado usando una comparación erronea para juzgar la eficiencia de la producción de carne. En lugar de citar una simple tasa de conversión de alimento en carne, deberíamos estar comparando la cantidad de tierra requerida para producir carne con la tierra necesaria para cultivar productos vegetales con el mismo valor nutricional para los humanos. Los resultados son radicalmente diferentes.

Si los cerdos son alimentados con residuos y desechos, y los bovinos con paja, tallos y hierbas de barbechos y pastizales --comida por la que los humanos no compiten-- la carne se vuelve un medio muy eficiente de producción de comida. Aún cuando es sezgada por el derroche de grano en paises ricos, el promedio global de la tasa de conversión comida vegetal útil a carne útil no es el 5:1 o 10:1 citado por casi todos, sino que es menos del 2:1. Si dejáramos de alimentar a los animales con granos comestibles, aún podríamos producir cerca de la mitad de la demanda actual global de carne sin pérdidas para la nutrición humana: de hecho sería una ganancia neta significativa.

Es la segunda mitad -- el atascar a los animales de grano para incrementar el consumo de carne y leche, en su mayoría en el mundo rico-- lo que reduce la oferta total de comida. Recortemos esa porción y se podría generar un incremento en la comida disponible que podría alimentar a 1.3 mil millones de personas. Fairlie argumenta que podríamos permitirnos el usar una pequeña cantidad de grano para alimentar al ganado, permitiéndole a los animales absorber excedentes de grano en buenos años y sacrificándolos en años flacos. Esto nos permitiría consumir poco más de la mitad del volumen actual mundial de productos animales, lo que significa bastante menos de lo que lleva la dieta promedio de occidente.

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8 de marzo de 2012

Déjenlos que coman carne (2 de 4)

No hay duda de que el sistema ganadero ha salid horriblemente mal. Fairlie describe los corrales de engorda de la industria de la carne de res (en los cuales los animales son mantenidos en espacios reducidos) en E.U. como "uno de los mayores embrollos ecológicos en la historia moderna". Bombea granos y forraje de pastizales irrigados en las especies animales de granja menos capaces de procesarlos eficientemente, para producir carne suficientemente grasosa para la producción de hamburguesas. Los bovinos son excelentes convirtiendo hierbas pero malísimos convirtiendo comida concentrada. La comida podría usarse mucho mejor para hacer puercos.

A los puercos, mientras tanto, se les ha prohibido en muchas partes del mundo rico el hacer lo que hacen mejor: convertir desechos en carne. Hasta principios de los años 90, sólo el 33% del alimento compuesto para cerdos en el Reino Unido consistía de granos aptos para consumo humano: el resto estaba hecho de residuos de la cosecha y desperdicio de comida. Desde entonces la proporción de granos enteros en el alimento de los cerdos se ha duplicado. Hay varias razones: las reglas puestas por los supermercados; el dominio de la industria del alimento por parte de grandes corporaciones, que no pueden manejar los desperdicios de muchas fuentes distintas; pero más importante: la reacción exagerada de pánico a las crisis de la vaca loca y la fiebre aftosa.

Alimentar con carne y huesos a las vacas era demente. Dárselo de comer a los cerdos, cuya dieta natural incorpora una parte razonable de carne, tiene sentido, siempre y cuando les sean dados adecuadamente. Lo mismo aplica para los desperdicios. Darle desechos esterilizados a los cerdos resuelve dos problemas simultáneamente: deshacernos de la basura y el desvío de granos. En lugar de ello ahora tiramos o incineramos millones de toneladas de posible almento para cerdos y lo reemplazamos por soya cuya producción destruye el amazonas. El desperdicio de comida en el Reino Unido, calcula Fairlie, podría producir 800,000 toneladas de cerdo, o una sexta parte de nuestro consumo total de carne.


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7 de marzo de 2012

Déjenlos que coman carne (1 de 4)

En facebook, lugar virtual donde se ven todo tipo de cosas curiosas, un amigo compartió una caricatura que compara dos escenas: en la primera, que está arriba, aparece la pregunta "¿por qué así..." y se ven doce montoncitos de grano, tres filas de cuatro montoncitos, con flechitas hacia una vaca, una persona con expresión malvada comiendo carne y otras dos personas muriéndose de hambre; en la segunda escena, abajo, se termina la oración "...cuando puede ser así?, y se ve cada hilera de cuatro montoncitos de cultivo con una flechita hacia el frente, con pan y otros alimentos frente a cada una de tres personas, que están comiendo apasiblemente y visiblemente contentas.


Ahora bien, dos de los vecinos de mi infancia, niños con los que jugaba en la calle, son hijos de un ganadero; y en una ocasión fui a uno de sus ranchos en la sierra norte de puebla. Lo que ahí vi fue que las reces pacen en praderas enormes, beben del agua (no potable) de los riachuelos locales llenos de garrapatas y sanguijuelas, hay uno que otro veterinario checándolas de vez en cuando, y ya. Y no creo que que el rancho que yo vi fuera la excepción. Así que protesté incrédulo de que se alimentara con grano para consumo humano al ganado; e insté a los que promovían el vegetarianismo a ir con algún nutriólogo a informarse.

No tardó en salir un comentario del Óscar en el que alegaba que se usan 10 mil litros de agua por cada kilo de carne de res. Francamente, eso me pareció una exageración porque si una vaca de engorda pesa aprox 600 kilos, y digamos que se puedan sacar 450 kilos de carne de ella, según ese dato una vaca estaría consumiendo cuatro millones y medio de litros en su corta vida. Supongamos que una res viviera tres años, es decir 1095 días, y que bebiera 40 litros de agua al día (en realidad consumen entre 15 y 20), eso nos daría un total de 43800 litros; si lo dividimos entre 450 kilos de carne, nos da un total de 97.333 litros por kilo. Ah, pero no, en el cálculo se toma en cuenta también el agua con que se riegan los alimentos que les dan a las reces de engorda, porque, y acá se generaliza un modelo de crianza de ganado distinto del que yo pude observar cuando niño, sí hay granjas industrializadas en que tienen a las pobres vacas en espacios minúsculos y las alimentan con granos transgénicos y hormonas para que crezcan rápido y puedan "procesarlas" más rápido. Ese modelo de crianza industrial con granos aptos para el consumo de humanos como alimento para las reces yo no lo conocía, y definitivamente no lo apruebo, pero definitivamente no es la norma ni mucho menos. Como sea, me puse a investigar sobre los 10mil litros y encontré un artículo de George Monbiot, en The guardian, publicado el seis de septiembre del 2010, que me pareció súper interesante y que a continuación traduzco en 4 partes.

Estaba equivocado sobre el vegetarianismo. Déjenlos que coman carne -- pero críenla adecuadamente

El caso ético en contra de comer productos animales pareció alguna vez claro. Pero un libro nuevo es un matadero de argumentos huidizos.

Por George Monbiot

Esta no va a ser una columna fácil de escribir. Estoy por redactar 1200 palabras a favor de un libro que empieza atacándome y regresa con frecuencia a ese deporte. Pero me ha persuadido de que estaba equivocado. Más cocretamente, me ha abierto los ojos a algunas complejidades fascinantes en lo que me parecía un caso en blanco y negro.

En The Guardian, en 2002, discutía el marcado crecimiento en la cantidad de ganado en el mundo, y la conexión entre su consumo de grano y la desnutrición humana. Tras revisar los números, concluí que el vegetarianismo "es la única respuesta ética para lo que es arguíblemente el asunto de justicia social más urgente del mundo". Sigo creyendo que el desviar cada vez mayores trozos de tierra cultivable para en lugar de alimentar humanos alimentar ganado es injusto y grotesco. Lo mismo opina el libro que estoy por comentar. Ya no creo que la única respuesta ética sea dejar de comer carne.

En Meat: A Benign Extravagance (La carne: una extravagancia benigna), Simon Fairlie rinde un hermoso homenaje a los vegetarianos para abrir el debate. Entonces somete el caso vegetariano al primer tratamiento que he leído que es tanto objetivo como forense. Su libro es un matadero de declaraciones engañosas y cifras esquivas, en ambos lados del argumento.

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6 de marzo de 2012

Una guia para los sin Dios: C6-Deseos (4 de 7)

Podemos perder de vista esta característica de la dirección hacia el futuro del deseo motivacional si lo confundimos con el deseo emocional. Una persona puede desear a otra en el presente sólo en el sentido emocional. En el sentido emocional una persona anhela o siente lujuria por otra. Tampoco debemos confundir el deso motivacional con emociones que son como deseos, por ejemplo gustar o disfrutar de algo. "Puedo disfrutar ... lo que ya tengo, mientras que puedo desear sólo lo que todavía no tengo." (Sumner 1996:129)

La característica de direccionalidad hacia el futuro de los deseos los hace indicadores notoriamente pobres de lo que es valioso o lo que vale la pena. Nuestros deseos verdaderos son frecuentemente guías muy pobres para volorar, puesto que carecemos de suficiente información ya sea sobre el estado de cosas que deseamos que sucedan, o sobre el estado de cosas para las cuales aún no tenemos deseos formados. (Griffin 1986:10-20) Esto crea dos problemas distintos.

Primero, el problema del Juicio errado. Todos hemos tenido la experiencia de haber querido que sucediera cierto estado de cosas, pero terminar descubriendo, al suceder, que no valía la pena. Nuestros deseos actuales de que algún evento suceda en el futuro deberían ser suficientes, de acuerdo con la teoría del deseo de lo que nos importa, para hacer que ese evento nos importara al suceder. El evento, cuando sucede, cumple nuestro deseo. Sin embargo descubrimos que el evento no nos importa de verdad cuando nuestro deseo se cumple. Así pues la predicción de la teoría está equivocada.

Segundo, el problema de la casualidad. Todos hemos tenido también la experiencia opuesta, la de no haber tenido un deseo particular respecto a algún estado de cosas, pero haber descubierto, al suceder, que valía la pena. Nuestra falta de deseo presente respecto a que suceda algún suceso en el futuro, de acuerdo con la teoría del deseo, implica que los eventos que ocurran no nos importarán. El suceso, cuando ocurre, no cumple ningún deseo nuestro. Sin embargo, por casualidad, el evento de hecho nos importa aunque no cumpla ninguno de nuestros deseos pre-existentes. Nuevamente, la predicción de nuestra teoría está equivocada.

5 de marzo de 2012

Castigos inútiles e infantiles

El sábado salimos toda la famiglia en el coche porque mi amada tenía cita con el nefrólogo, y estando en eso llamé a mi mamá por celular para ponernos de acuerdo sobre donde nos veríamos (mis papás están enamorados de sus nietos, y con gusto llevan a Loana a pasear mientras nosotros vamos al doctor u otros lados). Al terminar la llamada puse el aparato en un huequito que tiene mi coche y lo olvidé ahí. Más tarde, cuando vimos a mis papás les di las llaves de mi coche porque en ese vehículo está la sillita especial para Loana. Más tarde aún, nos vimos en el italianni's de plaza Moliere (que cada vez tiene peor calidad en cualquiera de sus guizos). Total que saqué mi celular del coche por ahí de las ocho y media de la noche (mucho más tarde), y entonces me di cuenta: 22 llamadas perdidas del director de mi área.

En ese instante intenté llamarle, pero su celular ya estaba fuera del área de servicio. Hablé con mi jefe, y me dijo que una de las características de la aplicación que programé le había parecido un error (pero no lo era) y que como era día de evento nuestro flamante director se había puesto extremadamente impaciente y había llamado a medio mundo. Al final del día no era ningún error, y no había ningún problema, todo funcionaba y funcionó perfectamente. Sin embargo, como no contesté el teléfono se ofendió, y ahora quiere poner un modelo de castigos estilo preescolar que consiste en que el que no le conteste el teléfono mudará su lugar a un punto particularmente visible e incómodo de la oficina. Me parece una idiotez, francamente, querer establecer castigos/recompensas por frustraciones personales. Si mi aplicación no hubiera funcionado, si se hubiera bloqueado, si el desempeño hubiera dejado mucho que desear, entonces sí, que me crucifiquen; pero no fue así. Por otro lado, no sé qué cree que va a suceder con la humillación a los empleados (en un momento dado propuso que además de sentarme en el "lugar de la infamia", me pusieran orejas de burro). Ahora bien, ¿quieren que estemos conectados las 24 horas los 365 días del año?, perfecto, todo tiene su precio, que me pongan un smartphone pagado por la empresa, y una laptop con una conexión permanente, una mochila especial para llevar el equipo a todos lados, y que me paguen el doble, y aunque sin mucho gusto, lo haría.

4 de marzo de 2012

Porqué los doctores mueren de manera diferente (4 de 4)

Esta es la parte 4 de 4 de un artículo publicado en The Wall Street Journal titulado "Why Doctors Die Differently"

No tiene porqué ser de ese modo. Hace varios años, a la edad de 60, mi primo más viejo, Torch (nacido en casa a la luz de una lámpara, o antorcha) tuvo un ataque. Resultó que había sido provocado por un cáncer de pulmón que se le había subido al cerebro. Nos enteramos que con un tratamiento agresivo, que incluía tres a cinco visitas a la semana al hospital para la quimioterapia, podría vivir tal vez cuatro meses más.

Torch no era un doctor, pero sabía que quería una vida de calidad, no sólo cantidad. Ultimadamente, decidió no tomar el tratamiento y simplemente tomó pastillas para la hinchazón del cerebro. Se mudó conmigo.

Pasamos los siguientes ocho meses divirtiéndonos juntos como no lo habíamos hecho en décadas. Nos fuimos a Disneylandia, su primera vez, y nos la pasamos en casa. Torch era un fanático de los deportes, y estaba muy contento de ver deportes y comer mis guisos. No tenía un dolor muy serio, y permaneció alegre.

Un día, no se despertó. Pasó los siguientes tres días en un sueño parecido al coma y luego se murió. El costo de sus cuidados médicos para esos ocho meses, con la única medicina que estaba tomando, fue de aprox $20 dólares.

En cuanto a mí, mi doctor tiene registradas mis decisiones. Fueron fáciles de hacer, como suele ser para la mayoría de los médicos. No habrá heroísmos, y me iré gentilmente a esas buenas noches. Como mi mentor Charlie. Como mi primo Torch. Como muchos de mis colegas doctores.

--El Dr. Murray es un profesor de asistencia clínica de medicina familiar retirado de la Universidad de California del sur. Adaptado de un artículo publicado originalmente en Zocalo Public Square.

Una versión de este artículo apareció el 25 de febrero de 2012, en la página C2 en algunas ediciones para E.U. de The Wall Street Journal, con el titular: Why Doctors Die Differently.

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3 de marzo de 2012

Porqué los doctores mueren de manera diferente (3 de 4)

Esta es la parte 3 de 4 de un artículo publicado en The Wall Street Journal titulado "Why Doctors Die Differently"

A diferencia de eras anteriores, en las que los doctores simplemente hacían lo que ellos creían que era lo mejor, nuestro sistema de hoy en día está basado en lo que los pacientes eligen. Los médicos de verdad tratan de cumplir los deseos de sus pacientes, pero cuando los pacientes les preguntan "¿usted qué haría?", muchas veces intentan evadir dar una respuesta. No quieren imponer su visión a los vulnerables.

El resultado es que más gente recibe cuidados "salvavidas" estériles, y menos personas mueren en sus casas que, digamos, hace sesenta años. La profesora de enfermería Karen Kehl, en un artículo titulado "Moviéndose hacia la paz: Un análisis del concepto de una buena muerte", clasificó los atributos de una muerte gentil, entre ellos: estar cómodo y en control, tener una sensación de conclusión, sacar lo mejor de las relaciones e involucrar a familiares en los cuidados. Los hospitales hoy en día proveen pocas de esas cualidades.

Las instrucciones escritas pueden darle a los pacientes mucho más control sobre cómo terminarán sus vidas. Pero mientras que la mayoría de nosotros acepta que los impuestos son inevitables, la muerte es una píldora mucho más dificil de tragar, lo cual hace que la vasta mayoría de los Americanos no haga los arreglos apropiados.

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2 de marzo de 2012

Porqué los doctores mueren de manera diferente (2 de 4)

Esta es la parte 2 de 4 de un artículo publicado en The Wall Street Journal titulado "Why Doctors Die Differently"

Los doctores no quieren morirse más que los demás. Pero normalmente ya han hablado de los límites de la medicina moderna con sus familias. Quieren asegurarse de que, cuando llegue el momento, no se tomen medidas heróicas. Durante sus últimos momentos, saben, por poner un ejemplo, que no quieren que alguien les rompa las costillas realizando una resucitación cardio-pulmonar (que es lo que pasa cuando la RCP se hace correctamente).

En un artículo de 2003, Joseph J. Gallo y otros investigaron lo que los médicos quieren en cuanto a decisiones de fin-de-vida. En una encuesta hecha a 765 doctores, descubrieron que el 64% había escrito unas instrucciones adelantadas --especificando qué pasos debían y cuales no debían darse para salvar sus vidas si ellos estaban incapacitados para tomar la decisión. Eso puede compararse con sólo cerca del 20% del público en general. (Como podría esperarse, los doctores más viejos son más propensos que los doctores más jóvenes a hacer "arreglos", tal como lo demuestra un estudio de Paula Lester y otros).

¿Por qué hay una brecha tan grande entre las decisiones de los doctores y los pacientes? El caso de la RCP es ilustrador. Un estudio de Susan Diem y otros sobre cómo se presenta la RCP en la TV descubrió que era exitosa en 75% de los casos y que 67% de los pacientes de la TV al final se fueron a sus casas. En la realidad, un estudio de 2010 de más de 95,000 casos de RCP descubrió que sólo el 8% de los pacientes sobrevivió por más de un mes. De esos, sólo aproximadamente el 3% pudo llevar una vida mayoritariamente normal.

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1 de marzo de 2012

Porqué los doctores mueren de manera diferente (1 de 4)

Sam Harris, famoso pensador gringo, publicó en su muro del facebook un link a un artículo del Wall Street Journal titulado "Why Doctors Die Differently", lo leí y me gustó. Así que a continuación pongo la traducción en 4 partes:

Porqué los doctores mueren de manera diferente.

La carrera en medicina les ha enseñado los límites del tratamiento y la necesidad de planear para el final.

Por KEN MURRAY

Hace años, Charlie, un muy respetado ortopedista y mentor mío, descubrió un bulto en su estómago. Le diagnosticó cáncer de pacreas uno de los mejores cirujanos del país, uno que había desarrollado un procedimiento que podía triplicar las posibilidades de supervivencia por cinco años de un 5% a un 15% --aunque con una pobre calidad de vida.

Charlie, de 68 años de edad, no se interesó por el procedimiento. Se fue a casa al día siguiente, cerró su consultorio y nunca volvió a poner pie en un hospital. Se enfocó en pasar tiempo con su familia. Varios meses después, murió en su casa. No recibió quimioterapia, radiación ni cirugía. El seguro médico no gastó mucho en él.

No es algo de lo que nos guste hablar, pero los doctores también se mueren. Lo inusual en ellos no es el mucho tratamiento que reciben comparado con la mayoría de los Americanos, sino lo poco. Ellos saben exactamente lo que va a pasar, saben las elecciones posibles, y generalmente tienen acceso a todos los cuidados médicos que quieran. Pero tienden a irse serena y amablemente.

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