El jueves 29 de abril nuestra pequeñuela cumplió seis meses. Claro, llegar a esa edad es algo que todos los seres humanos que podemos leer estas líneas hemos logrado y no parece un gran logro, pero todos aquellos que han sido padres seguro entienden que lo festeje como si fuera la llegada a la luna, o a Marte, un pequeño paso para una familia, un enorme salto para Loana, o algo así... Ha sido un semestre mágico, lleno de temores, cuidados, alegrías, angustias, descubrimientos, encuentros, etc. Por ejemplo: leer sobre la muerte en cuna o el peligro de un catarro durante el primer semestre, y que poco a poco esos fantasmas vayan disipándose, con el tiempo, cumplido cierto lapso. O también, que su mamá y yo nos pusiéramos a llorar de ternura cuando la vimos ya sosteniéndose sentadita, esforzándose por mantener el equilibrio. O cuando la hemos hecho reirse a carcajadas... Tantas pequeñas cosas, tan significativas y tan grandes para nosotros.
Nuestra bebé crece y crece y es cada día más expresiva, más vivaz, más fuerte, más chantajista y más compleja y linda. Así que su mamá y yo empezamos a festejar el jueves mismo, pero el viernes se nos unió la famiglia en gran reunión en nuestro departamento, y ayer sábado seguimos la pachanga en casa de mis suegros. El viernes Loana desconoció a la mitad de sus familiares (aquellos que casi no vienen a verla o no viven en casa de sus abuelos), lloró y pidió su biberón a las siete y se quedó dormida, pero después de una hora de sueño se despertó sonriente y disfrutó de la compañía familiar y estuvo muy a gusto.
El sábado tuvo un ritmo muy interesante, se durmió en tres ocasiones, por lapsos de entre media y una hora, y durante su vigilia estaba al principio sonriente pero conforme se cansaba se iba poniendo de malas, hasta que hacía falta ayudarle a dormir para que dejara de llorar y así recargara la pila y volviera a sonreír. Sus ciclos ya no son de dos horas como antes, ahora puede pasar hasta cinco horas sin mojar el pañal, tres sin comer, y unas cuatro despierta si es de día (de noche ya duerme mucho más). Total que puras maravillas, sorpresas, y sonrisas con nuestra amada hijita de enormes ojos y rostro expresivo a más no poder.
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