Después de 1980, todo fue diferente. El mundo del hardware de las supercomputadoras cedió el paso en un lapso de diez años al mundo de las PCs como bienes de consumo. Y, como una contingencia en el desarrollo de la industria, el único y más importante elemento del software que se ejecutaba en ese bien de consumo, el sistema operativo, se volvió el único producto significativo de una compañía que no hacía hardware. El software básico de alta calidad dejó de ser parte de la estrategia de diferenciación de producto de los fabricantes de hardware. En cambio, una compañía con una porción avasalladora del mercado, y con la común ausencia semi-monopolistica de interés en fomentar la diversidad, fijó las prácticas de la industria del software. En tal contexto, el derecho para excluir a otros de la participación en la formación del producto, se volvió profundamente importante. El poder de Microsoft en el mercado se fundaba completametne en su propiedad privada del código fuente de Windows.
Para Microsoft, que otros hicieran "trabajos derivados", también conocidos como reparaciones y mejoras, amenazaba el activo central de su negocio. De hecho, la tendencia que establecen procesos judiciales subsecuentes, es que la estrategia de negocios de Microsoft fue encontrar ideas innovadoras en otras partes del mercado del software, comprarlas y ya sea suprimirlas o incorporarlas en su producto privativo. Mantener el control de la operación básica de las computadoras fabricadas, vendidas, compradas y usadas por otros representó una influencia profunda y redituable sobre el desarrollo de la cultura [15]; el derecho a excluir regresó al escenario principal en el concepto del software como propiedad.
15. Discuto la importancia del software de PC en este contexto, la evolución del "mercado para globos oculares" y "la vida patrocinada" en otros capítulos de mi próximo libro, La barbacoa invisible, del cual este ensayo es parte.
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