22 de mayo de 2010

Una ley a posteriori no es exacta

Cuando algo sale mal, es común que se le eche la culpa a la ley de Murphy, misteriosa visión pesimista y cínica que reza: "si algo puede salir mal, saldrá mal". En realidad no aplica a priori, sino a posteriori, e.g. en una avenida me cambio de carril para avanzar más rápido y en lugar de eso veo pasar a mi lado, en el carril que iba dos segundos antes, a todos los coches que llevaba atrás rebasarme y desaparecer a lo lejos: ley de Murphy. O bien, abro una gaseosa en una fiesta y sale un chisguete de espuma que me baña, o peor aún, baña a la chica con la que conversaba y a la que quería apantallar: ley de Murphy. O cuando el jefe pide demostrar lo que se lleva avanzado, y que en ese justo instante se rompa todo y salgan errores indescifrables: ley de Murphy...

En realidad se trata de una forma de decir que "me fue mal" durante una acción que yo pensaba que debía salir bien. Pero si aplicara desde el principio, no habría ninguna empresa humana que no fracasara miserablemente desde el punto de vista de sus creadores. Nadie intentaría cambiarse de carril en las avenidas, nadie vestiría ropa atractiva en las fiestas, nadie nada. Simplemente las personas sabrían que están condenadas al fracaso. Por otra parte, y esto me lo hizo notar el buen Chocos, la ley de Murphy es circular, se muerde la cola, por ejemplo: si la ley de murphy puede salir mal, saldrá mal. Y así fue como la humanidad se salvó de la fatídica profecía de Murphy.

Cuando uno se cambia de carril y avanza más aprisa que en el que iba originalmente, ¿es ley de Yhprum?

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