Me están lloviendo proyectos externos a mi empleo "diurno", eso es buenísimo, me dirán quienes quieren que yo salga adelante. Sí, excepto que son demasiados y no me doy abasto. Por ejemplo, en este momento tengo en curso uno que utiliza rss's para rellenar una base de datos y luego desplegarla, otro que tiene que revisar en twitter listas de usuarios y hacer algunas operaciones con ellos, otro que consiste en echar a andar un blog que unos diseñadores echaron a perder, otro que es un asesor de calzado, la página web de un músico, un drupal para una institución de gobierno, los sitios web de mi papá (que son mi talón de aquiles y que debo de concluir lo antes posible), etc.
Ahora bien, llega el momento de sacrificar tiempo que dedicaba a otras cosas. Mi blog se queda (obsesión privada semi-autopoietica), pero ya no habrá facebook, ya no habrá lectura de noticias, ya no habrá ni un minuto de TV, algunas veces dejaré de ir a ver a la famiglia para quedarme a trabajar, y tal vez deba dejar de dormir algunas noches... Además, supongo que debo manejar checklists, o sea, sentarme frente a la compu con una lista clara y específica de lo que debo ponerme a hacer, nunca salirme de mi plan de trabajo para chismes ni videos ni ningún link "interesante", y conforme vaya acabando las distintas tareas enlistadas palomearlas.
No sé, en realidad me preocupa, quiero hacer todo ese trabajo, porque quiero el dinero que representa. Y quiero ese dinero porque quiero comprarle su sillita para comer a Loana, quiero comprarle un corralito portátil para que pueda estar con su mamá o conmigo cuando estamos en el estudio trabajando, quiero comprarle el sistema de aprendizaje temprano de lectura, quiero comprar pañales e insumos para todo el mes, mes con mes, y no estar preocupado al día 25 de si faltan toallitas limpiadoras, fórmula, o agua purificada; quiero comprarle ropita, que deja rapidísimo pero que necesita; quiero comprarle frutas y verduras para hacerle (cuando pueda) yo mismo sus papillas; y además quiero tener un ligero sobrante para invitar a mi amada a un restaurante, y tomarnos media botella de vino tinto, y conversar a la luz de las velas mientras nos sirven acomedidamente; pero además también quiero tener capacidad de ahorro y comprar una sala en la que echarnos a descansar cuando haga falta. Para todo eso son los sacrificios. Para todo eso será la disciplina. Y si no funciona, entonces ¿cómo le hago?
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