Pues el hecho es que una persona puede adoptar las enseñanzas del Buda, e incluso convertirse en un contemplativo budista (y, debemos suponer, en un Buda) sin necesidad de creer en nada con base en evidencia insuficiente. No puede decirse lo mismo de las enseñanzas de las religiones basadas en la fe. En muchos aspectos, el budismo se parece mucho a la ciencia. Uno empieza con la hipótesis de que usar la atención en el modo prescrito (meditación), y efectuar o evitar ciertos comportamientos (ética), dará los resultados prometidos (sabiduría y bienestar psicológico). Este espíritu del empirismo anima al budismo en un grado único. Por esa razón, la metodología del budismo, si se le podan sus estorbos religiosos, podría ser uno de los mayores recursos en la lucha por mejorar nuestro entendimiento científico de la subjetividad humana.
Doctrinas religiosas incompatibles han balcanizado a nuestro mundo en comunidades morales separadas, y esas divisiones se han vuelto una fuente contínua de derramamientos de sangre. De hecho, la religión es una gran fuente de violencia hoy en día, igual que lo ha sido en cualquier momento del pasado. El reciente conflicto en Palestina (judíos contra musulmanes), los Balcanes (serbios ortodoxos contra croatas católicos; serbios ortodoxos contra musulmanes bosnios y albaneses), Irlanda del norte (protestantes contra católicos), Cachemira (musulmanes contra hindús), Sudán (musulmanes contra cristianos y animistas), Nigeria (musulmanes contra cristianos), Sri Lanka (Budistas cingaleses contra hindús tamiles), Indonesia (musulmanes contra cristianos timorenses), Iran e Irak (chiitas contra sunitas), y el Cáucaso (rusos ortodoxos contra musulmanes chechenos; musulmanes azerbaiyanos contra Armenios católicos y ortodoxos) son tan sólo unos pocos casos de este punto. Esos son lugares en donde la religión ha sido la causa explícita de literalmente millones de muertes en las décadas recientes.
¿Por qué es la religión tan potente fuente de violencia? No hay ninguna otra esfera del discuros en la cual los seres humanos expresen tan completamente sus diferencias con respecto a los demás, o lancen dichas diferencias en términos de recompenzas y castigos eternos. La religión es el único empeño humano en que el pensamiento "nosotros-ellos" alcanza un significado trascendental. Si de verdad crees en que llamar a Dios con el nombre adecuado puede presagiar la diferencia entre felicidad eterna y sufrimiento eterno, entonces se vuelve razonable tratar a los herejes y descreídos bastante mal. Lo que está en juego en nuestras diferencias religiosas es inconmensurablemente mayor que lo que nace del mero tribalismo, del racismo, o de la política.
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