Mi ofrecimiento es explicar lo que la filosofía occidental contemporánea puede contribuir a esta búsqueda. No declaro saber el sentido de la vida de cualquiera, o incluso, con confianza, el de la mía. Sin embargo, creo que la investigación filosófica reciente puede enseñarnos algo sobre cuales caminos no llevan a ningún lado, y puede darnos algo de conocimiento sobre la naturaleza de aquello que buscamos.
La gente ya no recurre a los filósofos para obtener sabiduría. Recurren en cambio a maestros espirituales, a gurús del auto-empoderamiento, a psicoterapeutas. Tal ayuda es más accesible, y más directamente relacionada con sus vidas, de lo que son los remotos y académicos textos de los filósofos. Los filósofos contemporaneos en su mayoría han abandonado el ofrecer a la gente consejos sobre como vivir. Sin embargo, podemos encontrar tesoros en los áridos reinos filosóficos. Los filósofos académicos no son nada sino gente lista y con imaginación. Han creado pensamientos, argumentos y experimentos mentales fascinantes, conocimiento del cual puede aprovecharse cualquiera que esté buscando sentido en la vida. El truco es encontrar lo que es útil.
Sorprendentemente, buscar lo que de verdad importa nos llevará hacia la ética. En el discurso contemporaneo, tenemos tendencia a equiparar los asuntos de la ética solamente con cosas de moralidad interpersonal o de cómo deberíamos tratar a los otros. Pero no siempre fue así. Tradicionalmente la ética tenía dos departamentos, uno ocupado de las obligaciones hacia otras personas y el otro ocupado de cómo vivir una vida que valiera la pena. La ética filosófica contemporánea ha vuelto a pensar en estos últimos asuntos, preocupaciones acerca de la naturaleza del valor y sobre el tipo de cosas que son valiosas.
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