Las vacas, las vaquitas, son animalitos tiernos y dóciles y suaves y simpáticos que hacen muuuu y que nos dan leche (aunque en realidad la leche debería ser para sus becerros), así que matarlas para comérnoslas es una injusticia terrible y cruel. ¿Porqué no podemos vivir todos juntos y en armonía sin matar a otros animales?, ¿cómo justifica un capricho sensual, el de mi paladar, el asesinato de nuestras hermanas vacas? Peor aún, puesto que criar-engordar-matar a un bovino requiere x cantidad de forraje y grano y cuidados, más un espacio vital, todo multiplicado por el tiempo que tarde en crecer satisfactoriamente, el verdadero costo de un bistec (en términos del footprint ecológico) es casi casi como el de un par de costales de frijol si no es que más, así que echárse un cortecito es un gran despilfarro de recursos que bien podrían ayudar a vivir mejor a una familia en extrema pobreza del tercer mundo. Todavía más peor de peores, las vacas son de las mayores productoras de metano, uno de los gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático. Igual que nosotros los 'homo-sapiens' son animales, por lo que, por respeto a nuestra propia animalidad deberíamos respetar la vida de todas las criaturas animadas. Y por si todo lo anterior fuera poco, con todas las hormonas, medicamentos, químicos y alimentación que reciben los animales de engorda, es menos tóxico (y por lo tanto más saludable) comer sólo vegetales, etcetcetc.
En respuesta a los argumentos anteriores:
En un libro Umberto Eco menciona a un oso en un zoológico que mató y se comió a un par de niños que, creyéndolo un animal tierno y pachoncito, se metieron a intentar jugar con él. Según esto, ante dicho suceso, todos culpaban al sistema de seguridad del zoo, a los descuidados papás, a las autoridades, etc. Pero U.E. decía en realidad había otro problema social muy grave al pintar a los osos como animalitos amistosos y tiernos y pachoncitos y acariciables y dóciles y bondadosos etc. Lo mismo sucede con las vacas, no digo que sean como tigres de bengala, comehombres y arraza pueblos, pero los bovinos no son dóciles, no son débiles, no son tiernos, y sólo son simpáticos si los ves desde cierta distancia. Así que esa visión románticona de "las vaquitas" (¡uuuuy!) es más producto de la ignorancia y distancia citadinas que de un contacto real y cotidiano.
Vivir todos juntos y en armonía sin violencia, sufrimiento y/o muerte es otro de esos finales de cuento feliz. Tan sólo este post podría sucitar reacciones que me querrán imponer una dieta y una visión vegetariana del mundo, sin respeto por mi divergencia razonada. Vivir en armonía es deseable, pero sólo en ciertos círculos, y en ciertos momentos, el conflicto por su parte también es deseable, también en ciertos momentos. La muerte por su parte no es tan terrible, el que muere, al dejar de existir deja de querer estar vivo, al mismo tiempo que cede su espacio y su huella ecológica a los otros que quedan vivos. La muerte es un límite, temido por los mortales, por los que saben que irremediablemente han de morir algún día. Matar es parte de la vida, pero morir ya no.
Creer que todo es por un capricho sensual palatal es según mi opinión reduccionismo excesivo. La civilización genera cultura, y una de las aristas de la cultura es la gastronomía, la cual es y ha sido desde tiempos inmemorables (y en todos los rincones del planeta) un arte complejísimo en donde abunda la experimentación, y en el que se da desde un deseo de complacer por parte de quien prepara los alimentos hasta un espíritu de departir y convivir, entre quienes los consumen. Ahora bien, tal vez mi deseo sensual no justifique que mate a la vaca, pero mi convivencia con otra persona y el agasajo de nuestros sentidos en conjunto y los miles de años de cultura condensados en ese instante, definitivamente sí lo justifican. Por su parte, las vacas no son mis hermanas, ¿o qué, tenemos padres en común?
Con respecto al costo ecológico de alimentar una vaca, que incrementa exponencialmente el costo ambiental de un bistec, eso sería así siempre que al bovino se le diera grano comestible por seres humanos, o si se criaran dichos animales en terrenos perfectamente labrables para el cultivo de cereales, pero yo he ido a ranchos ganaderos en la sierra norte de puebla y las vacas comen pasto (no cereales) indigerible por los humanos por la cantidad de celulosa, y las tierras donde pastan son entre cenagosas y pedregosas, y los que en esos mismos lares las cultivan obtienen cosechas raquíticas, con lo que les resulta más fácil y redituable poner a pastar ahí algunos animalitos.
Todos producimos metano, es parte del proceso natural de digestión, y la alternativa es exterminar a todos los animales que lo produzcan (¿incluyéndonos?).
Respetar la animalidad (por nuestra propia animalidad) de la otra criatura animada, tiene paradójicamente un componente más espiritual que animal, si siguieramos (y respetáramos) la animalidad en nosotros seríamos más animales, lo que podría conllevar el comer aún más animales. Entonces, puesto que la espiritualidad de algún modo desprecia la animalidad ("no seas animal, no comas animales"), ¿no es contradictorio este discurso del respeto a la animalidad?
En cuanto a lo tóxico o lo saludable, creo que lo mejor, lo más sano, es una dieta balanceada, con un poco de proteina animal de vez en cuando (cada dos o tres semanas). Creo que la variedad es mejor. Que comer de todo es mejor. Claro, si yo comiera carne todos los días, las hormonas y demás podrían hacerme daño, pero como lo hago muy de vez en cuando creo que mi organismo desecha algunas sustancias, absorbe otras, y usa las proteinas y carbohidratos que necesita.